“En 100 años desde hoy, el Benfica sin mí no ganará una copa europea”. Esa fue la frase de Béla Guttmann tras ser despedido del club portugués en 1962, palabras que dieron inicio a una verdadera maldición para el cuadro luso que hasta entonces era apodado O Glorioso.

El entrenador oriundo de Austria-Hungría llegó a la banca del Benfica en 1959 conquistando un título de Primera División, una Copa de Portugal y dos Champions League (entonces se llamaba Copa de Europa). El DT consideró que merecía un aumento de sueldo, pero el club no y lo despidió.

Furioso, el técnico dejó caer la llamada maldición de Béla Guttmann, que incluso sufrió el chileno Fernando Riera, su sucesor como DT del Benfica entre 1962-1963 y 1966-1967.

Tras la salida de Guttmann, Benfica alcanzó las finales de la Copa de Europa el 63, 65 y 68, pero las perdió. ¿Coincidencia? El 83 no pudo en la final de la Copa UEFA y el 90 la maldición continuó al caer en el partido definitorio de la Champions League. El 2013 y 2014 Benfica no pudo en la final de la Europa League.

Hasta antes de la salida de Guttmann el Benfica era uno de los pesos pesados del fútbol europeo, pero de ahí en más su poderío se fue perdiendo hasta convertirse en lo que es hoy: un cuadro de tradición, pero de segundo orden en el concierto del Viejo Continente.

Hoy muchos postulan que el embrujo se diluyó: es que este pasado lunes, la sub 19 del Benfica se coronó campeón de la UEFA Youth League, la Champions juvenil, tras golear por 6-0 al Salzburgo en la gran final.

Es que el Benfica también había perdido las finales de la UEFA Youth League en 2014, 2017 y 2020. Este 2022, tras 60 años de la maldición de Béla Guttmann, el equipo juvenil del Glorioso puede gritar campeón.

¿Será coincidencia? ¿Béla Guttmann realmente maldijo y embrujó al Benfica? Las posturas son diversas, pero si el equipo juvenil del Benfica no rompió la maldición al menos dio el primer paso para que el primer equipo pueda hacerlo. Si no, quedan “sólo” 40 años del hechizo.