Walter Uriel Mazzanti vivió hasta los 19 años en Labardén, un pueblito argentino 300 kilómetros al sur de Buenos Aires. Y de manera fugaz dio el salto para convertirse en farol de un Huachipato que se abre paso en el Campeonato Nacional y la Copa Sudamericana.

Por eso esperaba con ansiedad el sorteo del certamen continental, que ubicó a los Acereros en el mismo grupo de Rosario Central, 12 de octubre y Santos o San Lorenzo. "Estaba desesperado para ver quién me iba a tocar", explica a bordo de La Redgoleta de Redgol.

"Va a estar complicado, pero estoy contento porque vamos a ir a Argentina. Están bien los rivales, vamos a ir a jugar de igual a igual ante cualquier equipo, no importa el rival que sea", adelanta el escurridizo ariete. 

Es un sueño que se cumple cinco años después de pensar que ya no sería futbolista profesional. "Siempre jugué al fútbol en mi pueblo, que era muy amateur. Se hacían equipos de los pueblos cercanos y se armaba un campeonato para jugar. Pero jugábamos sin entrenar. Nos juntábamos el fin de semana, no había competencia", reconoce.

- ¿Y le costó mucho dar el salto al profesionalismo a esa edad?

"Me costó el doble. No sabía tomar una pesa, no sabía coordinación, no sabía nada. Ahora después de estos años aprendí un montón de cosas,  pero siempre trato de mejorar en lo que me falta y buscando estar mejor".

- ¿No tuvo la chance de saltar a un club profesional antes?

"Había tenido la oportunidad de ir a Independiente como a los 15 o 16 años. Y no fui, no quise ir porque era muy pegado a mi familia, a mi mamá. No quise ir y después me arrepentí toda mi vida, porque era una oportunidad hermosa, un club lindo. Después pasaron algunos años y dije que ya había pasado mucho tiempo, que era grande y no iba a entrar en ningún club".

- ¿Y entonces?

"Y bueno. Justo un profe que tenía ahí me dice mira, hay una prueba aquí en el pueblo de al lado, viene Tigre a buscar jugadores, ¿quieres ir? Le dije que no, para qué, si ya tengo 19 años. Vamos dale, vamos.Fui y ese día anduve muy bien. Fue una pila de chicos a probarse, en un pueblo todos van. Y fui y por suerte anduve bien y me dijeron que tenía que presentarme a la pretemporada. Así que partimos no más".

- ¿Así a la pretemporada de inmediato?

"¡Terrible pretemporada! No sabes lo mal que la pasé, me quería volver a mi casa a las dos semanas, no podía ni caminar. El profe me miraba y me decía: mirá lo que sos, jajaja. Todo chiquito, flaquito. No tenía ningún músculo. Siempre fui flaco, igual, pero era más chiquito que ahora. Ahora crecí".

Alexis Sánchez y las herramientas tácticas
 

Walter Mazzanti no recuerda por qué le dicen Pochi desde pequeño. Pero sí que se fijaba mucho en "los buenos", en Cristiano Ronaldo, Lionel Messi o Neymar. Y de Chile elige a Alexis Sánchez, uno que ha jugado en su posición.

"Alexis me gustó siempre, desde chico, como juega. Y claro, porque es un jugador desequilibrante, que en cualquier momento se puede sacar dos tipos de encima, tirar un centro gol o se puede ir hasta el arco", destaca el delantero.

 

La inspiración tiene tanto valor como la táctica, reconoce. "Te dan una herramienta para que tengas en su cabeza, no es que lo tengas que hacer sí o sí, aunque depende del profe que tengas", asume al valorar el trabajo del técnico Juan José Luvera.

"A nosotros el profe nos muestra videos y nos da videos del rival, del lateral en mi caso, y nos dice que si nos da herramientas no es para que lo hagas tal y tal: es una herramienta más, pero tú después en la cancha tienes la libertad de hacer lo que quieras. Y creo que eso es fundamental para un jugador. Que tenga su libertad y no tanta presión", asegura.

- ¿Y si pierdes la pelota? ¿Vuelves a buscarla?

"Obvio. Eso sí. Eso nos dice el profe también, que cuando nos quitan la pelota debo el primero que debe presionar".