Mauricio Pinilla conversó con el cantante y animador Lucho Jara regalando flor de anécdota sufrida en su llegada al fútbol italiano como rimbombante fichaje del Chievo Verona. El delantero chileno lo pasó muy mal varios días.

“El año 2003 llego a Italia y todos los huevones estaban depilados. Los italianos van como adelantados. Y Un día veo a todos mis compañeros depilándose enteros en el camarín. Pensé: ya, yo también lo voy a hacer. Yo me depilaba las partes íntimas solamente y a la antigua, con maquinita…. Y estos huevones sacan una crema depilatoria, no era cera”, contó Pinilla.

Agregó: “se echaron en las piernas, en todos lados, y me compré la crema. No iba a ser yo el único peludo y además es más cómodo para los masajes. Estaba todo contento y pensaba: voy a estar peladito, CTM”.

Siguió complementando que “me la echo en las piernas, en todos lados, y ahí también… tenía un proceso y no leí las instrucciones que estaban en italiano. Pensé que se echaba y después se lavaba, pero el problema fue que me la dejé el doble del tiempo necesario. La crema me quemó las pelotas. Me sangraban las bolas”.

Sentenció que “estuve en cama con las patas abiertas tres días en plena pretemporada. Me quería morir. Me echaban algo para el dolor, pero no podía ni dormir”.