La crisis generada en el arbitraje a raíz de unos audios de Francisco Gilabert, que fueron emitidos en Radio ADN, desencadenó una investigación por parte de la ANFP, la que determinó que jamás hubo influencia externa en el penal que sancionó el juez en el partido de la Promoción entre Huachipato y Copiapó. 

El periodista Juan Cristóbal Guarello, quien fue el que dio a conocer estos mensajes, reconoció que los árbitros usaron este material para hacer caer a Javier Castrilli, el presidente de la Comisión Arbitral en Quilín.

Guarello señaló en ADN que "he hablado con la gente involucrada en esto con respecto a tres cosas que son importantes de resaltar: la primera es que los audios de Gilabert son reales, no son armados y fueron emitidos al día siguiente del partido de Huachipato con Copiapó, el 22 de enero; dos, que sí existió el diálogo entre el quality manager, señor (Mario) Vargas, y el árbitro Cristián Droguett que está en el VAR donde le dice ‘para Santiago es penal, acuérdate del penal de Universidad Católica'. Esto fue a partir de un careo entre ambos, donde admitieron la existencia de esa charla".

Luego indicó que "el tema es que la intención de Vargas era recordar lo que se había hablado en el curso que se hizo en el verano con respecto a los penales, un curso que hizo Castrilli. Vargas lo negó al principio porque pensó que iba a traer muchos problemas, cosa que ocurrió. Ahora, Droguett interpretó que habían llamado desde Santiago e hizo caer a Gilabert. Ese es el intrilingüis del partido y es lo que se descarta".

El comunicador siguió ahondando. "Ahora vamos al tema esencial: los audios fueron liberados hace mucho tiempo, los tenía hace mucho tiempo y otra gente también, pero fueron liberados con la intención de desestabilizar a Castrilli, que venía hace mucho tiempo con problemas con el resto de los árbitros. El enojo de los árbitros con Castrilli tiene argumentos válidos, discutibles, buenos y malos, eso es una interna de ellos. El tema de fondo es que sí hubo un intento… o un afán malintencionado por parte de un grupo de árbitros que van a ser sancionados en este momento".

Detalla que "el primero de todos que está con problemas graves, y voy a liberar el nombre, es Felipe Jerez, un guardalíneas de Primera B, el que recibió los audios de Gilabert. Quiero aclarar que Gilabert nunca quiso ni tuvo la intención (de divulgarlos), él mandó los audios de algo que interpretó en el momento. Droguett también interpretó eso".

Sobre el futuro de Castrilli, quien podría volver a su puesto de trabajo, indica que "eso lo tiene que determinar la ANFP, a mí no me corresponde decir si debe ser reintegrado. La intencionalidad siempre fue desestabilizar a Castrilli, fue por la guerra de él con los árbitros. El tema de fondo es si había existido una presión desde Santiago por un arbitraje. Distinto es querer desestabilizar a Castrilli con una información cierta y grave, que es una intervención del VAR, a que no haya ocurrido esto. Y la investigación del oficial de cumplimiento llega a la conclusión que no ocurrió esta intervención desde Santiago y que los audios fueron liberados con la intención de desestabilizar a Castrilli, algo que uno podía inferir".

Los audios de Francisco Gilabert desencadenaron una bola de nieve en el fútbol chileno (Agencia Uno)

Los audios de Francisco Gilabert desencadenaron una bola de nieve en el fútbol chileno (Agencia Uno)

Su discurso siguió: "El tema de fondo de Castrilli lo tiene que ver la ANFP, el mismo Javier Castrilli sé que quiere hacer unas querellas, no sé muy bien si contra mí, contra la radio, si contra los árbitros, ciertamente. Y eso, pues. Es de la ética periodística dar la información como corresponde: no existió el llamado de Santiago, sí existió la conversación y Vargas le digo a Droguett ‘desde Santiago es penal’, pero fue una información confusa y eso provocó este lío. Esa es una parte, la otra es que un grupo de árbitros, grande, para sacar a Castrilli haya usado esta confusión y esta conversación para desestabilizarlo. Siendo esto un objeto de interés periodístico, creo que era válido haberlo revelado, pero faltó la otra parte en determinado momento".

Por lo mismo Guarello, al ser el que destapó esta olla a presión, no se resta responsabilidad. "No voy a liberarme de ninguna culpa. ¿Qué mea culpa hago yo? No es haber liberado los audios, me parece que eran de interés, son reales. El tema de fondo es que uno se prestó para algo. En esta radio hubo gente que estuvo en contra como Luka Tudor y Rodrigo Hernández, que matizaron esta posición", cerró.