El 2022 fue bastante complejo para la localía de Universidad de Chile y Universidad Católica, debido a que muchas veces debieron ingeniárselas para poder definir el estadio para ser locales. Los azules lamentan el cierre del Estadio Nacional debido a las remodelaciones por los Juegos Panamericanos, mientras que la los cruzados están modernizando San Carlos de Apoquindo.
Debido a esto es que en la ANFP quieren darle seriedad al asunto. Muchas veces se determinaban las localías con pocas horas de antelación a un encuentro, algo que esperan que quede en el pasado. Al menos así lo establecieron en los estatutos del torneo 2023.
Ahí se indica que “el Directorio podrá programar y reprogramar, en el más breve plazo, los partidos en estadios distintos de aquellos inscritos por cada club, cuando concurra alguna de lascircunstancias”, entrando a detallar tres factores.
El primero es que “el estadio pertinente, a su juicio o en opinión de la Delegación Presidencial respectiva, no ofrezca condiciones adecuadas de seguridad para los jugadores, cuerpo técnico, árbitros, dirigentes y/o espectadores”.
También que “el estadio pertinente se encuentre suspendido por resolución del Tribunal Autónomo de Disciplina u otro órgano competente de la Asociación”, mientras que lo más llamativo está en la letra C del artículo 20.
“Que, faltando cinco días para la realización del partido, el club no haya definido el estadio en el que ejercerá su localía”, señalan tajantemente. Agregan que “los equipos que por cualquier causa no dispusieren de ninguno de los estadios inscritos para disputar un partido de local, lo harán en aquel que el Directorio de la ANFP les designe o en aquel que se autorice de forma excepcional por la Delegación Presidencial Regional, previa aprobación del Directorio, sin derecho a reclamo o impugnación, debiendo el correspondiente club asumir todos los costos que implique el uso y la operación de tal estadio, así como los gastos extras en que incurra el club visitante”.
Por ahora tanto la UC como la U esperan jugar en el Santa Laura, que será arrendado a Unión Española. Habrá que esperar que el estadio no sufra algún percance como el 2022, cuando la cancha estuvo en reparaciones mucho tiempo luego de un encuentro de rugby.