Cuando el partido entre Barcelona y Valladolid se encontraba empatado 1-1, apareció la magia de Lionel Messi para meter un pase al corazón del área visitante y encontrar la pierna de Arturo Vidal que convirtió y puso arriba a su cuadro.
El reloj marcaba 29 minutos cuando cayó el gol del King Arturo.