El árbitro bajó rumbo a vestuarios. Universidad Católica vencía por 3-0 al Audax Italiano en el duelo de vuelta de los octavos de final de la Copa Chile. La llave está sentenciada, 5-0 para los Cruzados. A cinco minutos del final, con Germán Lanaro al borde del campo de juego esperando su ingreso, el juez del partido, Cristian Garay, detuvo la acción. Y miró su reloj. 

Marcaba casi 86'. Un montón de fuegos artificiales estallaron desde la tribuna Mario Lepe. Y para el árbitro era imposible jugar. A esa opinión se sumó el DT de los itálicos, Juan José Ribera. El preparador de arqueros de los Tanos, Federico Elduayén se mostró enojado por la situación. Y conversó muy molesto con el capitán de la UC, José Pedro Fuenzalida

Osvaldo Bosso se arrimó a calmar al Chapa, quien sólo miraba al uruguayo que fue arquero de la Universidad de Concepción en su época de futbolista profesional. Fuenzalida no quería saber nada. Se zafó de las manos de Raúl Osorio, quien intentó agarrarlo. Garay le mostró la tarjeta roja directa a Elduayén. Entre Matías Dituro y Mauricio Isla intentaron darle paños fríos a la situación. Y tuveron más éxito que los anteriores. 

 
 
 
 
 
 
 
Elduayén les mostraba una seña con cuatro dedos, en alusión a los minutos restantes del juego en comparación con la distancia insalvable que había en el marcador. Con el correr de los minutos, se sumó a la deliberación el Gerente de Ligas Profesionales de la ANFP, Yamal Rajab. Luego de algunas conversaciones, la decisión estaba tomada: el juego quedó suspendido "por falta de garantías" cuando quedaban cuatro minutos para cumplir el tiempo regular.