En julio de 2006, en la tranquila ciudad de Amersfoort en Países Bajos, un joven serbio de 19 años llamado Novak Djokovic se enfrentaba a Nicolás Massú en la final del Dutch Open.
Lo que parecía ser otro torneo más en la carrera de Massú, se convirtió en el primer peldaño hacia la leyenda para Djokovic.
Sin saberlo, el chileno estaba a punto de ser parte del inicio de una historia que cambiaría el tenis para siempre.

ver también
El consejo del Chino Ríos que impulsa a Tabilo tras su triunfo en Chengdú: “Desde que lo conocí, me decía…”
Un joven Djokovic vs. un Massú experimentado
En ese entonces, Djokovic era un prometedor talento que comenzaba a hacerse un nombre en el circuito ATP.
Con una técnica depurada y una mentalidad competitiva, el serbio había mostrado destellos de su potencial en torneos previos.
La final en Amersfoort representaba su oportunidad para dar el siguiente gran paso en su carrera.
Por otro lado, Nicolás Massú llegaba a la final con una sólida trayectoria, incluyendo una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Con experiencia y un juego aguerrido, el chileno era el favorito para llevarse el título. Pero Djokovic tenía otros planes.

ver también
Tabilo “se da voltereta” con el Chino Ríos y elige al mejor de los mejores en el tenis: “En la historia es…”
Así fue la final entre el serbio y el chileno
El partido comenzó con intensidad. Djokovic se enfrentaba a la resistencia de Massú. Tras un primer set reñido que se decidió en un tiebreak, el serbio logró imponerse también en el segundo set, llevándose la victoria por 7-6(5), 6-4.
Fue un triunfo que no solo le otorgó su primer título ATP, sino que también marcó el inicio de una carrera que lo llevaría a la cima del tenis mundial.
Años después, el serbio se consolidaría como uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, acumulando múltiples Grand Slams y estableciendo récords que aún perduran.

Nicolás Massú y Novak Djokovic en la final del Dutch Open 2006 (Getty Images).