Hace 66 millones de años, un gigantesco asteroide impactó la Tierra y cambió el curso de la vida en nuestro planeta. Este suceso, que llevó a la extinción de los dinosaurios, es uno de los eventos más fascinantes de la historia natural.

Pero, ¿de dónde vino esa roca espacial que nos puso en el camino hacia el mundo que conocemos hoy? Un nuevo estudio nos da pistas sobre el origen de este letal visitante.

El misterio del origen del asteroide

El asteroide que formó el cráter Chicxulub, ubicado en lo que hoy es la península de Yucatán en México, es famoso por haber desencadenado una catástrofe global. Hasta ahora, sabíamos que venía de nuestro propio sistema solar, pero identificar su origen exacto era como buscar una aguja en un pajar cósmico.

Gracias a una investigación publicada en la revista Science, los científicos lograron rastrear sus huellas químicas. Analizando restos del impacto en diversas partes del mundo, encontraron un raro elemento llamado rutenio, que actúa como una especie de “huella dactilar” del asteroide.

Y aquí es donde la historia se pone interesante: ¡el rutenio señala que el asteroide vino desde el cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter!

¿Qué es lo que lo trajo hasta nosotros?

Imagina al asteroide, una roca del tamaño de una ciudad, flotando pacíficamente en el cinturón de asteroides. Entonces, algo lo empuja, quizás otro asteroide o las inmensas fuerzas gravitacionales de los gigantes gaseosos como Júpiter.

Esta fuerza lo saca de su órbita y lo envía en un viaje directo hacia la Tierra. El resto, como dicen, es historia: un impacto devastador que sacudió al planeta y provocó la extinción de más del 70% de las especies.

Foto: Imago.

Foto: Imago.

Una ventana al pasado (y al futuro)

Este descubrimiento no solo nos ayuda a entender mejor el evento que cambió el curso de la vida en la Tierra, sino que también nos ofrece valiosas lecciones para el futuro. Al conocer mejor los asteroides que podrían representar una amenaza para nuestro planeta, podemos desarrollar tecnologías para predecir y, con suerte, evitar futuros desastres.

Los avances en la investigación de elementos como el rutenio, y las misiones futuras como el programa Artemis de la NASA, que traerá muestras de la Luna, prometen abrir una nueva era de conocimiento sobre los asteroides y su impacto en la evolución de los planetas.

Así que, aunque el misterio del asteroide que acabó con los dinosaurios aún no está completamente resuelto, estamos más cerca que nunca de entender cómo una roca espacial alteró el curso de la historia. ¿Quién sabe qué más nos revelarán las estrellas en el futuro?