El amor llegó con todo a un ex goleador de la selección chilena, quien mostró en sus redes sociales cómo pidió matrimonio en las dunas de Concón, en una visita muy especial al país.
Se trata de Reinaldo Navia, quien mostró imágenes de lo vivido junto a su pareja, la mexicana Stephania Valadez, donde se comprometieron para toda la vida en una hermosa postal
“Una vida juntos para siempre, amor mío. Te amo mucho”, escribió el ex goleador de Santiago Wanderers, el América de México y la selección chilena en sus plataformas digitales.
Una sorpresa que venía preparando hace un tiempo y que hizo coincidir en su viaje a Chile para jugar con sus antiguos compañeros de la Roja un partido amistoso.

Reinaldo Navia muestra el lugar donde pidió matrimonio en Concón.

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Reinaldo Navia se casará en México
Fue con el diario Las Últimas Noticias que Reinaldo Navia abrió su corazón para contar esta nueva experiencia, donde se casará en México con su pareja, con una tremenda historia de amor.
“Fue una sorpresa para todos, jajajá. El miércoles, antes del partido del sábado, aproveché de pedirle la mano a mi ahora prometida. Sólo sabía yo, mi suegra y cuñado, y una pareja de amigos mexicanos que nos acompañó en este viaje a Chile. Ellos me ayudaron a coordinar lo del anillo. Fue ahí en las dunas de Concón, justo se dio todo para este lindo y hermoso momento. Es un gran paso que estamos dando en nuestras vidas”, destacó.
Un momento donde puso la rodilla al suelo como el Matador Salas, pero esta vez fue para pedir matrimonio, donde compartió fotografías en sus redes sociales, de manera de anunciarlo a todos sus amigos.
“Me arrodillé, fue espectacular, algo muy lindo para los dos. Estoy feliz aunque también nervioso porque es la primera vez que voy a pisar el altar. Creo que encontré a la mujer de mi vida. Ahora queda programar la boda, que será en México, e invitar un par de amigos y jugadores. A los dos nos gustaría casarnos en la playa y en ese caso me imagino vestido con un trajecito también hay lugares lindos en Guadalajara y ahí me gustaría vestir de negro tradicional“, detalló.
“Ella vivía en el mismo edificio que yo en Guadalajara, un piso más abajo. Es nutrióloga y un día nos topamos en el ascensor. Yo venía de botar cachureos, estaba sin polera y sudado. Ella me miró, abrió las pepas grandes y dijo wow, jajaá. Ahí le pregunté a qué se dedicaba y le pedí una cita. Intercambiamos números, nos fuimos conociendo hasta que salimos a comer. Igual me confesó que me había visto tiempo antes en el estacionamiento y le había gustado, pero no se atrevía a hablarme”, finalizó.




