El VAR supuestamente llegó al fútbol para que sea más justo, pero precisamente eso no ocurrió en el primer partido de Chile en las eliminatorias, porque sencillamente hubo una pésima decisión arbitral que perjudicó al equipo nacional.
Primero, y con mucha razón, el árbitro Eber Aquino fue al VAR y cobró penal para la Celeste en el primer tiempo, que luego anotó Luis Suárez.
Luego Alexis Sánchez empató, tras una gran jugada de Charles Aránguiz, y el seleccionado chileno estaba sacando un punto en el Centenario.
Todo bien hasta el minuto 89, cuando Víctor Dávila llegó a las cercanía del área, metió un centro y la pelota dio claramente en la mano de Sebastián Coates. Aquino ni la vio, no dijo nada, y todo el equipo chileno reclamó con furia.
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Luego, cuando la pelota salió del campo, el paraguayo se llevó la mano al oído y habló con los jueces del VAR, pero nada de nada, ni se dio el tiempo de ir a ver la jugada y dijo “juegue, juegue”. Era penal claro para Chile, lo dicen las imágenes.
Luego de ello, vino un contragolpe uruguayo y Maxi Gómez marcó el 2-1 final. Robo, es poco decir lo que pasó en el Centenario.
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