El mundo del básquetbol profesional suele asociarse con contratos millonarios y un estilo de vida envidiable. Pero no todos los que alcanzan la cima logran mantenerse allí. Algunos experimentan caídas tan abruptas como impactantes, dejando atrás toda la fortuna y la fama.
Un claro ejemplo es el de un jugador que compartió cancha con LeBron James, brilló durante ocho años en la NBA y amasó millones de dólares.
Sin embargo, su carrera se apagó rápidamente y en poco tiempo su nombre dejó de aparecer en las noticias deportivas, para ser mencionado en historias de indigencia y problemas legales.
Estamos hablando de Delonte West, un atleta cuya vida refleja los altibajos más extremos del deporte profesional.
De promesa colegial a estrella de la NBA
West nació en Washington D.C en 1983 y destacó como un prodigio del básquetbol desde joven.
En la escuela, se ganó un lugar como uno de los mejores jugadores del estado, lo que lo llevó a brillar en la Asociación Nacional Atlética Colegial (NCAA) con la universidad Saint Joseph, donde fue pieza clave en una temporada histórica junto a Jameer Nelson.
Este rendimiento le permitió llegar al Draft de la NBA en 2004, seleccionado por los Boston Celtics en la primera ronda. Durante ocho años, jugó en equipos como los Cleveland Cavaliers, Seattle Supersonics y Dallas Mavericks.
Este le permitió compartir cancha con el legendario LeBron James, consolidándose como un jugador confiable y versátil en momentos clave.
La caída de una carrera prometedora
A pesar de sus logros, la carrera de West comenzó a descarrilar. Lesiones recurrentes, problemas de disciplina y un diagnóstico de trastorno bipolar marcaron un punto de inflexión.
Tras dejar la NBA, jugó en ligas internacionales, pero nunca logró recuperar el nivel que lo había llevado a la élite.
En 2009, su imagen pública sufrió un duro golpe tras ser detenido por posesión ilegal de armas. Este episodio fue solo el inicio de una serie de eventos que evidenciaron su declive.
De millones a la indigencia
Los problemas financieros no tardaron en llegar. En 2016, West fue visto descalzo y vestido con una bata de hospital en las calles de Houston, lo que generó preocupación entre sus seguidores.
Años después, en 2020, reapareció en un video siendo agredido mientras vivía como indigente, confirmando los rumores sobre su situación.
Un intento de rescate
La historia de West llamó la atención de Mark Cuban, dueño de los Dallas Mavericks, quien lo ayudó a ingresar a un centro de rehabilitación y le ofreció un empleo temporal.
Aunque este gesto generó esperanzas de un nuevo comienzo, el cambio fue efímero. En 2024, volvió a ser detenido en Virginia, esta vez por violar su libertad condicional y resistirse a la autoridad.
Hasta hoy, su salud sigue siendo un tema delicado y su futuro es incierto.