Un buen momento viven Los Angeles Lakers en la NBA. Tras un arranque espantoso de temporada, el equipo de Darvin Ham ha encontrado un segundo aire de la mano de los traspasos realizados en el deadline de temporada y se muestran como un equipo capaz de pelear por un cupo en Playoffs.

Sin embargo la tarea no es fácil. Deben ganar al menos 12 o 13 de los 21 partidos que le restan de temporada regular para asegurar un puesto en la fiesta final de la temporada. De no ser así, se complica todo y podrían vivir un segundo año sin lograr avanzar a esa instancia.

Por lo mismo, necesitan contar con todas sus figuras sanas. Ya en el último partido ante Dallas Mavericks no estuvo D'Angelo Russell, una de las figuras que llegó tras el límite de traspasos y que está llamado a ser la tercera arma de un equipo que tendrá, como siempre, a sus dos estandartes en Anthony Davis y LeBron James.

Este último, sin embargo, alarmó a todos los fanáticos angelinos este lunes. Y es que han ido surgiendo rumores desde la propia liga, que indican que la lesión que sufre el máximo anotador de la NBA en su tobillo derecho se agravó y que podría perderse varias semanas de competencia.

Una situación que prácticamente sentenciaría la suerte de Los Angeles Lakers, quienes dependen en demasía de los 29,5 puntos que anota el King cada vez que salta a la cancha esta temporada. 

De todas formas, el jugador se está realizando exámenes y lo único claro es que no estará en el duelo que jugarán los Lakers este martes, cuando se enfrenten a Memphis Grizzlies de Ja Morant.

Una situación complicada y que llega en mal momento, producto de que justo los Lakers habían logrado un buen funcionamiento, ganando cuatro de los últimos cinco partidos desde que se realizaron los traspasos. Una remontada que podría pender de un hilo en caso de que James no pueda seguir jugando esta temporada.