Thierry Henry puso fin a su carrera como futbolista hace casi una década, pero sigue siendo un ejemplo para todos los jóvenes que sueñan con el deporte. Ahora, el ex Arsenal y Barcelona, además de entrenador de Francia Sub 21, dio otro ejemplo y habló abiertamente de su salud mental.
En diálogo con The Diary Ceo, el exdelantero francés abordó su depresión y cómo la relación con su padre, quien se divorció de su madre durante su infancia, lo afectó. Además, relató cómo las presiones de otras personas influyeron en ese difícil periodo para él.
“A lo largo de mi carrera estuve deprimido. Para entender esto hay que remontarse a cuando yo era joven. Cuando era niño no recibía cariño. Cuando mi padre me abrazó lo primero que dijo fue: ‘este bebé será un futbolista increíble’. Él me moldeó, era duro”, contó el exfutbolista.
“Siempre tuve el miedo y la presión de complacer a los demás con mi fútbol y mi dinero, hasta que un día mi novia y mis hijos empezaron a llorar por la persona que soy. Y entonces te sientes humano”, continuó.
“Mentí durante mucho tiempo porque la sociedad no estaba preparada para escuchar lo que tenía que decir. Pero te soy sincero: a lo largo de mi carrera, probablemente pasé por períodos de depresión. Soy la persona que soy por esos momentos”, agregó.
La infancia de Therry Henry y la relación con su padre
Henry contó que creció en “un barrio normal”. “Si entiendes por normal todo lo que ello conlleva. Ladrones, armas, peleas, felicidad, diferente comida, diferentes religiones, diversidad. Yo siempre dije que fue lo mejor para mí, para entender cómo era el mundo”, relató.
“(Mis padres) se divorciaron cuando tenía siete u ocho años. Mi padre se fue de mi casa y estaba presente cuando yo iba a los entrenamientos o a los partidos, o venía de vez en cuando, pero técnicamente me crié con mi madre. Incluso cuando ellos estaban juntos no veía ese amor, ese afecto, abrazos”, dijo.
“Cuando yo crecí, no conocía esto. Más creciendo en este tipo de barrios. Tenía que intentar ser fuerte y no llorar. Si tenía un problema o una pelea, llegaba a casa y a la pregunta de cómo había ido el día tenía que decir que bien”, continuó. Luego, relató la ocasión en que ganó un partido por seis goles, todos marcados por él, y aún así no pudo dejar feliz a su padre.
“Yo sabía si mi padre estaba feliz o no, lo sentía. Llegamos al coche, silencio. ¿Debería hablar? ¿No debería hablar? No lo sé. ‘¿Estás feliz?’ Y su respuesta: ‘Claro, pero fallaste este control, este centro, esto, aquello’. Llegaba a casa de mi madre, subía con la cabeza gacha y mi madre me preguntaba si había perdido. Yo le decía que ganamos 6-0 con seis goles míos y ella me miraba”, siguió.
A pesar de todo, Henry defendió a su padre y su crianza. “No puedo estar enfadado con alguien que intentó hacer lo mejor y educó con las herramientas que tenía. Yo no tengo las mismas herramientas, tengo más y mis hijos tendrán muchas más”, concluyó.
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