En la final pasó de todo, porque el juego ante Países Bajos estuvo caliente, y recién se definió en el alargue con un gol de Andrés Iniesta.
Pero hubo otro hecho histórico en aquel duelo, porque el neerlandés Nigel de Jong le pegó una brutal patada en el pecho a Xabi Alonso, considerada una de las jugadas más violentas de la historia.
¿Falta algo más? Sí, porque el juez de la final, el inglés Howard Webb, extrañamente, se mandó un error monumental y sólo le puso tarjeta amarilla al infractor.
Con el VAR esa jugada hubiese sido roja, pero eran otros tiempos…