El fútbol italiano está de luto, luego de que se confirmara la muerte de Maurizio Zamparini, legendario presiente del Palermo que llevó al cuadro rosa al primer mundo futbolístico, durante su destacada gestión entre 2002 y 2018.

El dirigente cobró fama gracias a la gran cantidad de jugadores de proyección que incorporó a su equipo y terminaron triunfando en las grandes ligas de Europa, como fue el caso de Paulo Dybala, Edinson Cavani, Javier Pastore, Josip Ilicic, Andrea Barzagli y Amauri.

Pero Zamparini tenía otro sello y era de su temperamento. El timonel se encargó de despedir a más de 50 entrenadores del Palermo, y los jugadores que no rendían con su camiseta pasaban las de quico y caco antes de liberarse

En cuanto a los chilenos, aparecen tres en la bitácora del directivo. Carlos Labrín saltó de Huachipato a Italia, pero no tuvo regularidad en dos periodos con el elenco rosanero; y Stefan Silva, quien llegó desde Suecia en 2016 con idénticos resultados.

Distinto fue lo de Mauricio Pinilla, que llevó una relación de amor y odio con su tocayo. Pinigol llegó archiconvencido a Palermo en 2011: “Espero conseguir una veintena de goles entre la Liga y la Copa de Italia. Si todo va bien, estoy convencido de que puedo conseguirlo”.

Pero la cosa no terminó bien y el delantero partió a Cagliari después de 44 partidos y 11 goles con las Águilas. El problema fue cuando se enfrentaron ambos equipos y el ariete chileno celebró eufóricamente, para molestia de Zamparini.

“Me hubiera gustado ver a ese Pinilla acá en Palermo. En el último tiempo estaba indolente y no entiendo por qué. Pero ya no me importa, porque no es jugador del Palermo”, sentenció el dirigente el 14 de febrero de 2012.

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Maurizio Zamperini falleció a los 80 años después de una larga enfermedad

Consultado por el festejo, Zamparini advirtió que “Pinilla luchó por su equipo, tal vez con más entusiasmo, porque jugaba contra sus antiguos compañeros. En cualquier caso, yo no cambio de opinión. Pinilla es un joven de 28 años, pero tiene la mentalidad de un chico de 21”.

“Mi alegría por anotar es un sentimiento de liberación, luego de algunos problemas familiares que se han resuelto.Si alguien se sintió ofendido, le pido disculpas, pero no creo haberle faltado el respeto a Palermo o a los hinchas. Lo que hice fue honrar la camiseta de Cagliari, como lo he hecho con todas las camisetas que he vestido”, sentenció.