Todo partió hace un mes con Juan Román Riquelme buscando a los hinchas de Boca Juniors que tenían al 10 tatuado en su piel. El ídolo xeneize se ofrecía a una enigmática actividad.
Y la espera terminó. Riquelme sorprendió a los elegidos para saludarlos y admirar sus tatuajes en un cálido encuentro.
Como guinda de la torta, el ex futbolista autografió la piel de los presentes para que cada diseño contara con la firma del ídolo. Paso siguiente, tres artistas del tattoo sellaron con aguja y tinta la rúbrica en la piel de los fanáticos.