La muerte de Diego Maradona afectó a millones de argentinos y futboleros alrededor del mundo, sin embargo, para el delantero Sergio Agüero la noticia fue aún más dura, ya que además de todo lo que el Diez significaba en su vida como futbolista, también era su ex suegro y abuelo de su único hijo.

El pasado 25 de noviembre el astro trasandino dejó de existir a los 60 años, y recién hoy, a casi una año del lamentable suceso, el Kun sacó el habla en extensa y sincera conversación con El País.

Agüero abrió su corazón y aseguró que la noticia lo dejó "mal, muy mal. ¿Cómo lo podía vivir? Tenía partido de Champions ese día. Cuando me enteré, pensé que era mentira, como tantas otras veces".

"Pero como veía que cada vez lo decía más gente, le pregunté directamente a la mamá de Benjamín (Gianinna Maradona). Me acuerdo hasta lo que le pregunté. “¿Es verdad o no?”, le escribí. Me contestó que sí", relató el Kun.

El actual delantero de Barcelona continuó con su relato de aque fatídico día, asegurando que dentro de su dolor y shock lo que más le alertaba era conocer el estado de su primogénito.

"Pensaba en mi hijo. En que lo tenía que llamar. Me preocupaba mucho cómo se iba a enterar de la noticia. Cuando pudimos hablar, ya lo sabía por un compañero de colegio", explicó.

"Diego (Maradona) y Benja se llevaban muy bien. Diego era un fenómeno con mi hijo. Y Benja lo amaba. Le pedí a mi hermana que lo fuera a buscar al colegio y que lo intentara distraer", añadió.

En la misma línea, Agüero confesó que "al día siguiente (su hijo, Bejamín) me escribió: “Papá, quiero ir a verlo”.

"La idea no me gustaba. Tenía miedo de que se quedara con un mal recuerdo. Pero como él quería, lo dejé ir. Fue al velatorio en la Casa Rosada con su madre", contó el ex Manchester City, asegurando que hizo lo posible para que su hijo lo viera firme.

 

"(Benjamín) Me dijo que le dio un beso y que se puso a llorar. Yo intentaba contenerme para que mi hijo no me viera mal. Fueron días muy difíciles. Al menos, Benja se pudo despedir de su abuelo", cerró el Kun.