Cada vez son más los futbolistas que, tras su retiro, han desarrollado una carrera como políticos dentro de sus países. Casos como el del presidente de Liberia George Weah, Balón de Oro en 1995, han inspirado a otros ex jugadores a meterse de lleno en las decisiones del país.

José Luis Chilavert se confesó con el portal ABC y aseguró que ser presidente de Paraguay está entre sus planes: "Sigo con ese pensamiento. Quiero ser presidente. Ya he mandado hacer encuestas con una empresa especializada extranjera y en líneas generales me dan 86% de imagen positiva. A la gente le gustaría que yo pudiera incursionar en la política".

"Quiero hacer algo más por mi país. Así como formamos un gran equipo en la selección me gustaría formar uno parecido pero para sacarlo adelante. Necesitamos un país con credibilidad para que nos respeten y vengan los capitalistas a invertir. No hay tiempo de mirar atrás. No hay tiempo que perder", agregó el Chila.

El histórico ex portero guaraní advirtió que pronto tomará la decisión de postularse como candidato y aseguró que corre con ventaja por la poca confianza de la gente con la clase política: "En el 2021 voy a decidir si me meto en política. La gente está cansada de los políticos tradicionales. Yo tengo ventaja sobre ellos. Me conocen en todo el Paraguay gracias a Dios por mis éxitos en el fútbol".

"Los mismos compatriotas que están en el extranjero, estén donde estén, saben qué clase de persona soy. Otra ventaja que tengo es que nunca viví del Estado y no estoy contaminado de esa política mercantilista que aborrece la gente", refrendó.

Finalmente, Chilavert tomó el ejemplo de Weah y contó cómo piensa cortar la corrupción que tanto critica en sus redes sociales: "George Weah, aquel número 9 grandote, moreno que fue del Milán (ex Mónaco, París Saint Germain, Chelsea, Manchester City, Olympique de Marsella) es el presidente de Liberia desde 2018. Bueno, tenemos un atacante de presidente. Falta el número 1. Ese soy yo".

"La corrupción está enquistada y pone cada vez más en peligro la democracia. La postura es muy simple. Si yo soy presidente no voy a mirar para atrás pero los que caigan en esos robos, sea quien sea, se van adentro (a la cárcel), incluidos sus abogados que chicanean para que queden impunes. Tenemos que terminar con el amiguismo. Ahí está la clave. Y que quede claro: no regalar más dinero, que se premie el trabajo", cerró.