Una verdadera revolución del fútbol como lo conocemos es la que se debate por estos días en las oficinas de la FIFA y el IFAB. Tanto el ente rector del fútbol mundial como el organismo encargado de establecer las reglas del juego han fijado la vista en una jugada absolutamente vital y determinante en el deporte: el cabezazo.

Es la acción en que se golpea el balón con la cabeza para entregar un pase, ejecutar un remate o realizar un despeje. Cracks como Cristiano Ronaldo, Gabriel Batistuta, Sergio Ramos y nuestro Iván Zamorano han sido célebres exponentes. Y sin ir más lejos, Colo Colo timbró el último Superclásico ante Universidad de Chile con un testazo de Juan Martín Lucero.

¿Qué quieren hacer en la FIFA? Distintos paneles médicos y técnicos han llegado a la conclusión de que el golpe de cabeza de manera reiterada en el fútbol puede significar "efectos adversos en la salud y el bienestar de los jugadores a corto y largo plazo, en particular posibles lesiones en la cabeza".

El último informe de los ensayos que realiza IFAB, publicado la semana pasada, explica que esta complicación puede ser resultado de "cabecear el balón de manera intencionada, recibir un balonazo en la cabeza de manera accidental, o intentar cabecear el balón y que la cabeza impacte el cuerpo de otro jugador, el suelo o un poste".

¿Se prohibirá el cabezazo en el fútbol?
 

La duda marca un antes y un después en todo el desarrollo del deporte, pues se trata de un arma permanentemente recurrida en todas las instancias del juego. De hecho, el IFAB reconoce que la prohibición del cabezazo puede originar otras lesiones, por la búsqueda de un balón aéreo con otra superficie del cuerpo y las eventuales caídas.

Por esta razón, el IFAB iniciará las pruebas de la práctica del fútbol sin cabezazos. Y determinó comenzar con niños y niñas, "puesto que su cuerpo, su cerebro y sus habilidades motoras están aún en desarrollo y tal vez no tengan la fuerza física ni la experiencia suficientes para minimizar posibles riesgos".

De hecho, se ha destacado que las autoridades del fútbol inglés, de los países nórdicos y de algunas regiones de Estados Unidos ya prohibieron los cabezazos en los entrenamientos para los menores de 12 años, y el paso siguiente -dice el IFAB- es restringirlos en partidos de competencia para estas categorías.

De esta manera, el protocolo de la prohibición de cabecear el balón de manera intencional establece la sanción de un tiro libre indirecto cuando se produce esta acción durante el juego, en el lugar en el que se ejecutó. En el caso de que sea dentro del área, el equipo atacante podrá reanudar el juego desde el punto penal.

En cualquier caso, estas normas se encontrarán en estudio, por lo que el IFAB pide actuar con precaución al sancionar la acción y determina que no se castigará con tarjetas a quien proceda a cabecear el balón, a menos de que interfiera un ataque prometedor o sea una falta recurrente (tarjeta amarilla) o evite un gol o una oportunidad manifiesta (roja).

La información surgida a partir de estos ensayos será recopilada por cada competición para que sean enviados al IFAB, que a partir de ese material buscará obtener las conclusiones que establezcan puedan ir consolidando una decisión más clara sobre un tema tan sensible. La idea es que nadie pierda la cabeza por el fútbol.