Todos los seguidores de este deporte sufrimos cada vez que Erik ten Hag en el Manchester United, y más recientemente Fernando Santos en Portugal, dejaban a Cristiano Ronaldo en el banco de suplentes, conociendo sus capacidades paraser desequilibrante.
Y es que antes se respetaba más a las estrellas del equipo, a su chapa de figura. Por ejemplo, sólo una vez un entrenador se atrevió a dejar a Pelé en la banca, y créame, no resultó muy bien para él.
Efecto O Rei: el entrenador despedido en 1970 por quitarle la “10”
Para conocer los detalles de la historia debemos remontarnos al año 1970, cuando la selección de Brasil preparaba su participación en el Mundial de México que se celebró ese año. La canarinha estaba al mando deJoão Saldanhapor esos días, todo un personaje que había sido jugadorde Botafogo y periodista antes de tomar el cargo.
Joao Havelange, como presidente de la Confederação Brasileira de Desportos (CBD), habría visto como una ventaja la ex ocupacióndel DT, pensando que sus colegas de la prensaseríanmenos críticoscon su desempeño, lo que a la larga estuvo muy lejos de ser cierto.
El 26 de abril, la verdeamareala recibió a Bulgaria en São Paulo para disputar un amistoso de preparación, y el estratega pagaría caro la oncena que elegiría para esa tarde.Edson Arantes do Nascimento, en ese entonces de 30 años, venía de hacer una discreta temporada en el Santos y Saldanha quizo innovardejándolo en el banco de suplentes.
La verdad es que variantes para tomar el puesto de “10” no le faltaban con jugadores como Rivelino, Gerson yTostão en la plantilla, pero dejar a la gran figura del equipo fuera no fue muy bien recibido por los hinchas, sobre todo porque cuando saltó el astro carioca a la cancha en la segunda mitad no lo hizo luciendo la “10” que tanto lo caracteriza, sino con un indignante “13” en la espalda.
El resultado no salió del empate sin goles y, sumado al descontento de la gente por semejante, según ellos,falta de respeto, las críticas de los medios no se hicieron esperar. Fue tan duro el trato que recibió Saldanha, que sería destituido horas más tarde.
Ensu lugar llegó MárioZagallo, compañero de Pelé enlos mundialesde 1958 y 1962, quien no se complicó y dejó que fueran los mismos jugadores quienes decidieran cómo jugar. Y lo resolvieron con los cuatro en cancha: Rivelino por izquierda, Gerson por derecha,Tostão de 9 y, lógicamente, O Rei en la posición de 10.
El resto, como dicen por ahí, es música: Brasil ganaría su amistoso siguiente Austria y meses más tarde se coronó con la Copa del Mundo luciendo su delantera de los cinco dieces, al sumarse Jarzinho en la cita planetaria.