Si hay un delantero que generó gran impacto en la década pasada, especialmente en su paso por el Atlético Madrid, fue Diego Costa. Al brasileño le valió incluso ser convocado por España para disputar el Mundial 2014, en lo que parecía ser la solución perfecta ante la falta de delanteros en el equipo ibérico en ese torneo.

Sin embargo, con el paso del tiempo su carrera fue en bajada y nunca pudo repetir lo realizado en aquel mítico equipo del 2014, cuando, con el Cholo Simeone a la cabeza, los colchoneros alcanzaron la final de Champions League, en la que terminó perdiendo ante el Real Madrid de Cristiano Ronaldo y compañía. En esa temporada anotó 36 goles.

Hoy,  a sus 34 años y tras un paso por el Atlético Mineiro de Eduardo Vargas, partió de vuelta al fútbol europeo, más precisamente al Wolverhampton de la Premier League, donde ha jugado ocho partidos en la temporada, sin anotar ni un gol. Al delantero le ha costado volver, luego de estar más de nueve meses sin un equipo.

Pero vaya que lo intentó en su último partido, ante el Everton en el partido que disputó su equipo por el Boxing Day inglés. Se trataba de un partido de esos de seis puntos, ya que son dos elencos que están peleando en la parte baja de la tabla, con el Wolverhampton en puestos de descenso incluso.

El partido iba a 1-1 en tiempo de descuento. Parecía que todo terminaba en empate cuando un centro desde el sector derecho termina en un intento de chilena de Diego Costa. Con un gesto técnico bastante precario, el delantero intentó la heroica  maniobra que terminó con la pelota pasando de largo y con él en el suelo.

Sin embargo, la pésima maniobra del delantero sirvió de pantalla para que su compañero, Rayan Ait-Nouri quedara solo ante el arquero, convirtiendo el definitivo 2-1 y desatando la locura de todo el plantel. Goodison Park quedó enmudecido ante el agónico gol, que mantiene con vida al Wolverhampton en la lucha por no perder la categoría.