La empresa holandesa Hendriks Graszoden, proveedor regular de pasto de la FIFA, decidió no venderle a la organización del Mundial de Qatar 2022.
La compañía prefirió prescindir de esas ganancias y retirarse de ese negocio debido a las violaciones a los derechos humanos que ocurren en aquel país, donde unos 6,500 trabajadores migrantes han perdido la vida construyendo los estadios.
Hendriks Graszoden anteriormente había proporcionado el pasto para la Copa del Mundo de Alemania 2006 y para las Eurocopas de Austria y Suiza (2008) y Francia (2016).
En un principio habian aceptado proveer a Qatar, pero cuando hicieron una visita al país, cambiaron de parecer.
“Sabíamos que había muertes, pero nos sorprendimos cuando nos enteramos de que 6.500 personas habían muerto durante el trabajo”, dijo una portavoz de la empresa.
La semana pasada Gianni Infantino, presidente de la FIFA, dijo que un boicot al Mundial de Qatar “no es una solución adecuada” y que “no se logrará nada con él”.
Para Hendriks Graszoden esto es incomprensible: “Nos sorprendió mucho esto. Nuestra decisión de retirarnos es sin duda una pérdida para la empresa. Pero a veces hay que tomar decisiones con fundamentos éticos”.
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