Corría el minuto 41 del partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, jugado en julio, en el que Cerro Porteño igualaba 0-0 ante Fluminense en Asunción del Paraguay. Momento exacto donde llegó una jugada polémica.

Mauro Boselli anotó la apertura de la cuenta para el "Ciclón" de Barrio Obrero, pero la anotación fue anulada por el juez central Facundo Tello a insinuación del asistente Julio Fernández. Por lo mismo, la jugada debió ser revisada en el VAR.

Ahí estaban los chilenos César Deischler, el encargado, y Eduardo Gamboa, ayudante en aquella labor. En la jugada se veía claramente al jugador del cuadro brasileño Samuel Xabier enganchado por la derecha de la defensa, por lo que el gol era válido. Pero inexplicablemente, los jueces nacionales hicieron un zoom a la pantalla y lo dejaron fuera del análisis de la jugada, por lo que decidieron no validar el tanto debido a offside.

El bochorno fue gigantesco y dio la vuelta al mundo. En el elenco paraguayo se pusieron furia, pues luego perdieron 2-0 el encuentro. "Teniendo el VAR no pueden pasar esas cosas. Lo que pasó hoy no fue justo, nos anularon un gol válido", comentó Boselli, el autor del gol.

La Conmebol, luego del condoro, aclaró en un comunicado que "sus actuaciones han sido analizadas técnicamente por esta comisión y se concluye que han incurrido en errores graves y manifiestos en el ejercicio de sus funciones".

Por lo mismo, tanto Gamboa como Deischler quedaron suspendidos "por tiempo indeterminado del ejercicio de sus funciones en competencias organizadas por la Conmebol".

Ambos jueces terminaron retirándose del referato meses después, luego de la llegada de Javier Castrilli como el presidente de la Comisión de Arbitraje de la ANFP en la que no tenían cabida en el proyecto del argentino.