La Sirena de Hielo sigue haciendo historia en la natación de aguas gélidas. Recientemente compitió en el Campeonato Mundial en Samöens, evento organizado por la International Ice Swimming y que reunió a los mejores nadadores y nadadoras de esta disciplina. Además, la chilena recibió oficialmente su galardón por ingresar al Salón de la Fama de Hielo. 

En la cita planetaria, Bárbara Hernández sumó un total de siete medallas: un bronce en los 50 metros espalda, cinco preseas de plata en 1 kilómetro, 100 metros libres, 250 metros libres, 100 metros combinado y 100 metros espalda y se colgó la medalla de oro en la prueba de los 500 metros libres. 

El escenario del Mundial contemplaba piscinas con no más de 4 grados, lluvia, nieve, pero todos elementos que la misma Bárbara ha confesado que le gustan mucho: "Es un deporte extremo que aspira a ser parte de las Olimpiadas de Invierno. Aprendemos a nadar con hiportermia y a reconocer los distintos grados de ésta. Trabajamos en la recuperación de forma consciente porque sabemos que el nado no termina hasta que nos sentimos fuertes nuevamente". 

"Dependiendo de la distancia, usamos agua fría hasta para recuperar la sensibilidad de manos y pies, sacamos todo lo mojado de forma rápida, usamos saunas o tinas calientes y volvemos a bucar el nerviosismo de ponernos a prueba haciendo lo que amamos y disfrutando los paisajes únicos que nos da la naturaleza", agregó. 

Bárbara Hernández en el Mundial en Francia | Foto: Marketing Adventures

Bárbara Hernández en el Mundial en Francia | Foto: Marketing Adventures

En definitiva, la Sirena de Hielo es campeona mundial de la prueba de los 500 metros libres y además, en su estadía en Francia, recibió el reconocimiento por ser la primera persona latinoamericana en ingresar al Salón de la Fama de Hielo: "Soñé con este día y sé que me entenderán lo que significa venir del fin del mundo y soñar tan grande, trabajar tan duro, atraverme a tomar decisiones difíciles, hacer cambios".

"Persistir aún en los días grises hasta que ese sueño trascienda idiomas y fronteras, hasta que cada uno de mis nados comunique algo mucho mayor que una medalla o un Guinness porue el mensaje siempre es el mismo: no existen imposibles para la determinación y el esfuerzo", cerró la nadadora.