Bárbara Hernández no ha parado de trabajar desde que volvió a Chile tras su exitoso paso por Estonia y Alemania. La Sirena de Hielo está entrenando diariamente para su próximo mundial que se llevará a cabo desde el 11 al 15 de enero en Samöens, Francia.
Todos los días y desde muy temprano, Bárbara llega a las dependencias del Club Deportivo Universidad Católica y realiza trabajos en piscina, gimnasio y también varias evaluaciones médicas pensando no solo en la cita planetaria, sino que también en el nado que tiene programado para febrero.
Uno de los grandes propósitos de este intenso entrenamiento, es que la Sirena de Hielo nadará su sexto mar en el segundo mes del año 2023, por lo que la preparación debe ser completa para enfrentar un nuevo desafío que, esta vez, la llevará a cruzar el Estrecho de Cook.
La nadadora que fue recientemente reconocida al ingresar al Salón de la Fama de Hielo, intenta compartir en sus redes sociales todo su trabajo de cara a sus próximas competencias. Además, explica un poco más de lo que se trata este deporte extremo: “nadamos en aguas con temperaturas bajo los 5°C con sensación térmica de hasta -15°C sin grasas, trajes especiales o neopreno”.
“Usamos traje de baño normal autorizado por la FINA (Federación Internacional de Natación), gorra, lentes y protector de oído. Al competir en estas condiciones no evito la hipotermia, aprendemos a reconocer distintos grados. Trabajamos y cuidamos nuestra salud con determinación y buscamos ser fuertes, pero también flexibles y humildes ante la naturaleza”, contó Hernández.
Este deporte, busca ser parte de las Olimpiadas de Invierno y tal como comenta la Sirena de Hielo, las categorías de competencia van hasta edades de más de 90 años. Tiene especialidades contrarreloj y uno de los aspectos tan importantes como lo físico, es lo mental: “me adapto al frío, respiro profundo y fluyo”, cerró Bárbara.