Más de dos años han pasado del partido entre Colo Colo y O’Higgins, el que condenó a los albos a jugar la promoción ante Universidad de Concepción. Pero el recuerdo sigue fresco y Gustavo Quinteros contó detalles de cómo impactó el momento al plantel que dirigía.

“Fue lo peor que viví. Nunca había peleado el descenso como entrenador. Es algo difícil de explicar, es una angustia constante porque sientes que el prestigio que uno, los jugadores y un club inmenso había tenido estaba en peligro”, comentó en el programa Media Punta de YouTube.

“Después de O’Higgins yo vi una situación horrible de vestuario, de Gabriel Suazo y otros jugadores. Una situación de angustia, llanto y dolor. Volvimos en bus al estadio y me di cuenta que tenía que hacer algo distinto. Yo estaba mal también, porque nos empataron al último”, relató.

“Todos estaban tristes, pero Gabriel lloraba de una manera desconsolada. Él y toda su familia tiene una conexión especial. Hubo muchas cosas que pasaron”, contó después el técnico del Cacique, quien relató una importante charla que tuvo con el plantel.

“Subí al bus y hablé con los jugadores. Fue muy importante porque faltaban tres días para el partido de promoción. Esa charla salió muy bien, vi que los jugadores se recuperaron, que estaban bien e iban a jugar al máximo. Y entramos a ese partido a jugar una final”, agregó.

“Dije un montón de cosas que no sé de dónde las saqué, porque estaba destruido internamente, pero yo era el entrenador y el responsable, tenía que sacar de adentro algo. Motivar para ser campeones es una cosa, pero para salvar a un club del descenso es otra”, siguió.

“Apelé a lo emotivo, pero siempre a lo positivo. A las condiciones de cada uno, a la familia, a toda la gente que había detrás. No me acuerdo que dije porque salió algo que yo no tenía pensado, no tenía fuerzas para motivar en ese momento. Pero yo siento que la charla fue fundamental”, comentó.

“Después algunos chicos me dijeron que sintieron que ese momento fue importantísimo, porque estaban destruidos y, a partir de ahí, esperaron el partido. Querían jugarlo. Fue algo muy lindo que después ellos me hicieron saber, me hizo sentir muy orgulloso porque les sirvió”, cerró.