Hace una semana se cumplió un año desde que hinchas de Colo Colo, que habían secuestrado un bus del Transantiago, llegaron al estadio Bicentenario de La Florida y se metieron a la cancha durante el partido que jugaban Unión La Calera y Deportes Iquique.

En pleno Estallido Social, el golpe ejecutado por los integrantes de la Garra Blanca fue mortal. El partido se suspendió, el Campeonato Nacional no volvió a jugarse y se designaron el campeón y los clasificados a las copas por secretaría. Faltaron seis fechas.

Los Albos clasificaron a la Libertadores, pero la mayor consecuencia estuvo en el descenso. La ANFP y los clubes decidieron que no habría pérdida de categoría, de manera que Universidad de Concepción y Universidad de Chile, quedaban a salvo. 

El escenario viene a colación ante la situación del presente campeonato. Colo Colo está en la última posición, con riesgo de descenso, y en los últimos dos partidos como local hubo incidentes en las afueras del estadio Monumental.

Ingredientes que toma con pinzas Aldo Schiappacasse en su tradicional columna en el diario El Mercurio este lunes, donde condena de antemano la posibilidad de que el Cacique recurra a una movida similar esta temporada.

"Sobre la cabeza de la institución pesa la espada más filosa: el afán de su barra por repetir lo del año pasado, pero esta vez buscando el beneficio propio y no el del archirrival", reflexiona el destacado comunicador.

"Para tenerlo claro: si eso sucede, debe pagar el club, y no toda la industria del fútbol chileno. Para que estén advertidos y preparados", sentencia Aldo, en una de las primeras manifestaciones de la prensa ante la eventualidad.

Lo cierto es que Colo Colo antes tiene opciones deportivas. El cuadro albo está colista, pero sólo un punto por detrás de Deportes La Serena, a la que se enfrentará la próxima semana como local. Quedan trece fechas para que pueda levantar cabeza.