Mi Primera B, el guión perfecto de Esteban Paredes y Alexander Oroz
Por Luis Marambio Torres

-Ándate pa' la casa mejor. Estái muy mal.
El utilero de Santiago Morning está preocupado por Andrés, uno de los dos zurdos juveniles del equipo. El otro se llama Esteban y se da cuenta de que a su amigo le duele mucho el estómago. Atina de inmeditato:
-Vamos. Yo te llevo pa' tu casa.
Y ahí van, juntos como siempre, los dos mejores jugadores de la Generación '80 del Chaguito. Avanzan rápido rumbo a San Bernardo sobre el Nissan NX Coupé Año 1991 que don Mario le regaló a su hijo Esteban hace poco tiempo.
La escena es de 1999 y demuestra la gran amistad entre Andrés Oroz y Esteban Paredes, futbolistas que crecieron juntos en el equipo bohemio y que parecían destinados a ser dupla: dos zurdos, dos signos Leo, dos nacidos en agosto de 1980 (y con un día de diferencia).
De eso se acordó Andrés este domingo mientras veía salir a la cancha del Tierra de Campeones a su viejo amigo Esteban (de 40 años, cómo él) y a su joven sobrino Alexander (18), quien además debutaba en el fútbol profesional y que a los dos minutos marcó el primer gol del partido y de su carrera.


Casi media hora después, Esteban anotó su gol número 348! a nivel de clubes.
Dos generaciones cruzadas por el tiempo, las personas...y una camiseta: ambos llegaron a sus nuevos clubes desde Colo Colo. Esteban despreciado por los dirigentes de Blanco y Negro; Alexander, en busca de minutos que no tendría en Pedrero.
Pero ahora están felices en Iquique y en Coquimbo, respectivamente. El torneo de Primera B arranca una temporada larga.
En San Bernardo, la señora Elizabeth Peña celebra por el gol de su nieto. En El Noviciado (Pudahuel), don Mario Paredes festeja un gol más de su hijo Esteban.
¿Y Andrés Oroz? Bueno, él mira incrédulo el televisor: su sobrino y su amigo se enfrentan en una cancha. Increíble. Le parece, en sus recuerdos, que fue ayer cuando corrió a abrazar a Paredes en Santa Laura después de que éste anotó su primer gol en el fútbol profesional (por Santiago Morning a Johnny Herrera, arquero de Universidad de Chile).

 

Sí, Oroz fue el primero en felicitarlo y por lo mismo no puede creer que ahora enfrente a su sobrino Alexander, el mismo que lo visitó en México cuando tenía apenas dos años. Andrés jugaba en el Puebla y en ese país comenzaba a sonar el grupo Reik (hoy la banda favorita de Alexander, aunque eso sí que es un gran coincidencia). El resto de la historia parece digitada de antemano. Un guión increíble, por cierto.
Antonio Oroz, padre de Alexander, jugó en las cadetes de Colo Colo y fue compañero, entre otros, de Héctor Tapia. Sí, el técnico que este domingo estaba en el banco dirigiendo a Coquimbo Unido. Y así, la historia sigue conectada por los lazos familiares: Luis Pedro Figueroa jugó con su tío Andrés en la Universidad de Concepción 2003 (también Jean Beusejour) y sus compañeros Michael Silva, Carlos Espinoza y Mauricio Zenteno compartieron camarín o cancha con él.
Andrés Oroz nunca olvidará este día, el del estreno profesional-goleador de su sobrino, como nunca olvidó cuando su amigo lo llevó raudamente a San Bernardo sobre un Nissan blanco que, increíblemente, Esteban Paredes aún guarda en su casa.