A Mario Salas no se le va una, y es así como en conjunto con su cuerpo médico que encabeza Roberto Yáñez dispusieron la presencia de un gran tubo de oxígeno en el camarín visitante del estadio Atahualpa de Quito.

Así una vez terminado el primer tiempo con ventaja parcial para el Cacique, uno a uno fueron pasando los jugadores para recibir el vital elemento químico y así paliar los efectos de la temible altura.

Recordemos que el estadio está situado a 2.800 metros sobre el nivel del mar, y hubo jugadores como el Chaco Insaurralde que mostraron problemas en la previa del encuentro.