Durante los últimos días se filtró que Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, ofreció un millonario bono al plantel de Colo Colo si logra mantener la categoría, en otra de las medidas desesperadas del timonel del Cacique para lograr salvar el peor año deportivo de su historia.
Curiosamente, este 22 de diciembre se conmemoran 18 años de uno de los títulos más queridos por los hinchas de Colo Colo: en el Clausura de 2002 fueron campeones en la quiebra, la situación institucional más cruda desde que el club nació en 1925 pero que lo sacaron adelante con pundonor y una corona con un sabor distinto.
Un protagonista de ese título fue Luis Ignacio Quinteros, quien analizó en Los Tenores de la Tarde de radio ADN que “las sociedades anónimas no han sido beneficiosas. Los partidos no son vistosos, no hay competitividad, a nivel internacional no hacen buenas campañas, no contratan de buena manera. Uno ve jugadores y dice ‘cómo llegan a estos equipos’”.
“Cuando llegué al plantel de Colo Colo eran casi puros jugadores de selección, los extranjeros eran de jerarquía, en Católica, la U, hasta en Cobreloa. Todo esto no ha beneficiado ni la competencia, ni a los clubes, ni a los jugadores. La Católica es el que mejor ha funcionado”, profundizó.
Sobre el dinero por no bajar a la B, sentenció que “me parece increíble que Colo Colo pague un bono por salvarse del descenso. Colo Colo debe pelear los primeros puestos, torneos internacionales. Escuchaba al Rambo Ramírez que decía que los jugadores no tienen el sentido de pertenencia que deben tener. Ya con vestir esa camiseta, el más ganador, el único campeón de la Libertadores, más motivación que esa no hay”.

El 22 de diciembre de 2002, un Colo Colo plagado de juveniles y algunos experimentados, como Espina y Barticciotto, fueron campeones en la quiebra.
Finalmente, el Nacho lanzó que “me preguntaron si me acordaba cuánto ganamos por ser campeones el 2002 en la quiebra, no me acuerdo, pero estoy seguro que era muchísimo menos que ese bono. Me imagino que es una medida directiva desesperada, pero no la comparto”.