En octubre del año pasado, el entrenador Patricio Graff fue despedido de O'Higgins luego de una pobre campaña, en la que no pudio repetir todo lo bueno que había exhibido en los dos años anteriores en Coquimbo Unido.

Tomó aire, reposó y ahora se siente preparado para poder afrontar un nuevo desafío. Así lo dio a conocer en conversación con Cristián Basaure, donde detalló las expectativas que tiene para el futuro, donde espera estar más maduro gracias a las lecciones que aprendió de su paso por el cuadro rancagüino y los entrenamientos que ha visto en España, donde está viviendo actualmente.

"La verdad no hay misterios, ni en la Liga ni en la Champions. Todo pasa por el futbolista, su mentalidad y el mensaje de los que estamos delante del grupo. Debemos ganarle el corazón y después desarrollar la idea", confesó el estratega sobre la base de este deporte.

Graff cuenta que quedó con una espina clavada luego de su paso por O'Higgins. "A algunos jugadores no les llegué, y los dos años anteriores nuestro mensaje siempre llegó, nunca tuvimos problemas. Eso me llevó a entender que necesitaba más herramientas para conducir el grupo desde lo emocional. Me ha ayudado a flexibilizar mi carácter, empatizar diferente con jóvenes y con el más experimentado, hay que llegar distinto", indica el Pato.

El argentino contó una infidencia que vivió entrenando al cuadro pirata. "Con Pinilla, por ejemplo, jugando en Viña, lo reemplacé a los 85'. No quería salir, pero porque es un animal competitivo y no por falta de respeto, salió caliente. Sin embargo entendió que yo necesitaba cuidarlo para el próximo partido y el equipo requería de otra respuesta para esos últimos minutos. Al final me dio un abrazo y me dijo que lo entendía", detalló.

Por lo mismo, sabe que ahora tiene que manejar las situaciones de diferente forma. "Lo de O'Higgins fue un tremendo aprendizaje, nosotros entregamos todo  y no se dio. Muchos me preguntan si fracasé y para nosotros no es así, ya que entregué todo, no fracasé, los futbolistas tampoco. Me faltó flexibilidad, debí haber sido mucho más flexible con la idea que traíamos desde Coquimbo porque el contexto era distinto y quise imponer de arranque", es la autocrítica que se hace.

Finalmente, Graff sincera que "mi intención es volver a dirigir en Chile, estuve seis años y medio ahí y creo que más temprano que tarde se dará esa chance. Quiero poder demostrar lo que hicimos en Coquimbo, con un fútbol propositivo y que refleje una idea que sea digna de observar".