Aunque Santiago Wanderers no ha levantado cabeza en el Campeonato Nacional y ya suma siete derrotas, no hubo ninguna más dolorosa que la de ayer, cuando el conjunto porteño cayó por 1-0 en su visita a Everton de Viña del Mar.

La nueva edición del clásico mayor de la Quinta Región estuvo marcada por los nervios de ambos equipos, pero especialmente del lado de los verdes, que no pudieron hilvanar juego y terminaron presos de una jugada aislada que significó el único gol del compromiso.

El epílogo mostró cómo el cuadro de Víctor Rivero caía preso de la desesperación, con una expulsión en los descuentos y la búsqueda del arco rival sin resultados. El tiempo se extinguió hasta concretar la caída ante el archirrival.

Y aunque el plantel del Decano está plagado de jugadores de la cantera, algunos lo sintieron especialmente. Como es el caso de uno de los defensores más promisorios del fútbol chileno, el joven Daniel González.

El zaguero de 18 años se arrinconó en una de las salidas de la cancha y no pudo controlar la emoción. Se llevó las manos a la cara y comenzó a llorar, situación que fue detectada por las cámaras del CDF, hasta que el juvenil fue conducido a camarines por un compañero.

"Los nacidos, los criados, los que de toda la vida saben. Los que viven en los cerros saben que es algo con lo que nacieron, con lo que están y con lo que van a estar toda su vida", reflexionó Claudio Borghi al ver las imágenes.

La escena conmovió especialmente a los hinchas caturros, que ven en González a una de las grandes esperanzas para que el cuadro porteño recupere el aire y se lance en búsqueda de los puntos necesarios para mantener la categoria.