Feroces incendios azotaron al sur de Chile durante el verano, y Tomé fue una de las zonasque terminó afectadapor las llamas que arrazaron con todo a su paso. Así, el plantel profesional de Huachipato, actual puntero del fútbol chileno, volvió a ir en ayuda de los damnificados del sector deCoroney tras colaborarles inicialmente el 9 defebrero.
En esa ocasión,el cuerpo técnico y futbolistas de los Acererostrabajaronpara remover escombros y ayudar en varias cosas desde el montaje de estructuras momentáneas hasta entrega de alimentos y bebestibles a las familiasmás afectadas. Pues bien, ahora volvieron a tomar las herramientas y ayudaron con la construcción de un canal de agua.
Tres meses más tarde, los de la Usina volvieron al mismo lugar pero ahora con otra misión: cumpli la promesa que habían realizado. ¿Cuál era? Regresar para ayudar a las familias de situación delicada. Así, se pusieron manos a la obra para crear un canal para sumistrar de agua la zona y habilitar un sector para que se construyan y mejoren viviendas.
Con palas, picotas, chuzos y un montón de ánimo y energía, los dirgidos por Gustavo Álvarez se pusieron a trabajar para una gran obra.
“Para nosotros como equipo nos gusta poder ayudar a la gente que más lo necesita. Sabemos que en el verano pasaron momentos muy complicados y cuesta mucho poder levantarse de eso. Esperamos que con nuestra ayuda, el camino sea un poco más fácil para ellos”, destacó Claudio Sepúlveda, el capitán del elenco de Talcahuano.
Junto con eso, el mediocampista también detalló que “estas actividades las coordinamos junto al club y cuerpo técnico, buscamos un momento de buen tiempo en cuanto lo climático y nuestras jornadas de entrenamiento, para poder programar este tipo de acciones”.
“Estamos contentos de colaborar con estas familias y esperamos en el futuro seguir trabajando y ayudando a la gente que está en nuestro entorno”, concluyó.
Fueron cerca de 30 las personas del plantel que dijeron presente en la bella actividad, donde asistieron otra vez a varias de las familias que más mal lo pasaron en la región del Biobío tras los incendios en el verano.
