Una de las grandes leyendas que tiene Chile durante su historia es Iván Zamorano. Líder, capitán, goleador y referente en el fútbol extranjero, motivos más que suficientes para catalogarlo como uno de los grandes deportistas nacidos en suelo nacional. 

Un 28 de diciembre de 1985, hace exactamente 37 años, Bam Bam debutó en el profesionalismo con la camiseta de Cobresal, gracias a la confianza de su entrenador Manuel Rodríguez- El Guerrillero-, quien vio en Zamorano características especiales que con el correr del tiempo pudo reflejarlas en el campo de juego. 

El debut del ex capitán de La Roja se produjo en los pastos del antiguo Nicolás Chahuán de La Calera, en el duelo donde el conjunto cementero igualó como local 2-2 ante Cobresal, partido que quedó marcado como el inicio de un exitoso camino como fue la notable carrera de Iván Luis Zamorano Zamora en el fútbol. 

Nadie imaginaba que ese joven delantero, de piernas largas, buen cabezazo, que sumó sus primeros minutos en la Región de Valparaíso sería uno de los jugadores más emblemáticos en la historia del fútbol chileno, y que con el correr de los años se transformó en un embajador chileno tanto en Suiza, España, Italia y México.

 

 

 

En aquella jornada la delantera minera estuvo conformada por Claudio Sagile, Rubén Martínez y el propio Iván Zamorano, en un encuentro válido por la penúltima fecha del Campeonato de Primera División. Cobresal al finalizar el torneo terminó en un expectante quinto lugar, un buen desempeño que pudo reflejarlo dos años más tarde (1987) cuando ganaron la primera Copa Chile de su historia. 

El resto es historia. Zamorano logró dejar escrito su nombre en las páginas doradas del balompié nacional y se convirtió en uno de los grandes delanteros de la época, no tan solo para los ojos de Chile, sino que también para el resto del mundo.