La prensa italiana asegura que Darío Osorio puede ser el golpe de invierno del AC Milan y, en medio de una temporada muy irregular, ilumine la segunda parte para los rossoneri. Todo se resolverá en las próximas horas, especialmente cuando el reloj se acerque a las 19:59 horas, cuando cierren los libros de pases en las grandes ligas de Europa.

De la oferta, como siempre, hay muchos antecedentes pero poca oficialidad. Los últimos reportes hablan de que el Milan le ofrece a Universidad de Chile unos cinco millones de euros por el 70 por ciento de la ficha del jugador, más un millón extra por logros deportivos. Y que La Joya de Hijuelas firmará un contrato por cuatro temporadas.

Sin embargo, números más o menos, lo que ronda en el equipo azul es un mito que puede ser perjudicial para muchos y está extendido en el fútbol chileno: que los jugadores jóvenes necesitan consolidarse a nivel local antes de dar el salto al exterior. Una frase que de tanto repetir, se quedó vacía de argumentos y sólo puede hacer daño. Veamos por qué.

Por qué tiene que irse Darío Osorio
 

Darío Osorio lleva un año desde su debut oficial en la U y cuatro entrenadores a su cargo. Una primera campaña positiva en lo individual con ocho goles en 29 partidos y el salto a la selección adulta, pero triste en lo colectivo: los azules fueron decimoterceros, sólo tres puntos por sobre la línea del descenso directo a Primera B.

Un contexto sumamente irregular que le quita el piso al argumento de la "consolidación" y al contrario. ¿Qué hace pensar que las condiciones que ofrece un club europeo para consolidar a un jugador joven sean inferiores a lo que encontró Osorio en su primer año con el plantel profesional de la U?

La estadística en eso es clara. No existe ninguna correlación entre la cantidad de partidos oficiales de una promesa antes de irse a una de las grandes ligas, con el éxito que tuvieron posteriormente. Hay ejemplos para todos los gustos entre las promesas chilenas de los últimos años, que pasamos a detallar.

Vamos con los jugadores consolidados antes de irse de Chile en los últimos años. Tomás Alarcón, Benjamín Kuscevic, Diego Valencia, Pablo Galdames y Juan Fuentes rondaron los cien partidos antes de emigar a una de las grandes ligas, pero no han podido refrendar su experiencia: juegan poco y miran de reojo para regresar.

Hay otros que, sin consolidarse en el fútbol chileno, tampoco lograron hacerlo en el exterior y se fueron perdiendo en el horizonte. Jeisson Vargas, Ángelo Araos, Carlos Palacios y Luis Rojas fueron vendidos tras una (o menos de una) temporada buena en Primera, y no han tenido fortuna en grandes ligas.

Pero también hay quienes triunfaron en el extranjero sin haberse consolidado en Chile. Buenos ejemplos son Francisco Sierralta, que tras un préstamo en Palestino se fue a comenzar desde abajo en Italia y llegó a jugar a la Premier League, y Paulo Díaz, que luego de un paso anónimo por Colo Colo se consolidó en San Lorenzo y ahora en River Plate.

Lo que no hay, y ojo aquí, son jugadores jóvenes que hayan brillado en Europa después de consolidarse en Chile. De hecho, la tendencia indica que después de los 20 o 21 años, las puertas del fútbol europeo se cierran y poco importa el bagaje en el campeonato chileno. Es el ahora o nunca que pesa en la decisión que tome la U sobre Darío Osorio.

¿Por qué en las grandes ligas los prefieren jóvenes? Lo dijo Luka Tudor hace unas semanas. "Me gusta la formación y lo digo con respeto, pero el jugador de 20 o 21 años que no es potente o rápido, o ambas cosas, tiene muy difícil la posibilidad de jugar o competir en el extranjero", sentenció el ex seleccionado chileno.

Hay otro aspecto legal: el jugador que viaja joven a Europa, podrá actuar como comunitario luego de sumar cinco años de residencia, lo que le abrirá las puertas para proyectar su carrera en el Viejo Continente sin el hándicap de su origen, cuando esté más avanzado en edad, opción prácticamente vetada para un jugador que salga más viejo de Chile.

 

 

Un último argumento: varios de los mejores jugadores del Sudamericano Sub 20 donde Chile fue tristemente eliminado, ya están en Europa. Son los casos del capitán de Brasil, Andrey Santos (Chelsea), de su compatriota Sávio (PSV Eindhoven), del argentino Facundo Buonanotte (Brighton) y del venezolano Telasco Segovia (Sampdoria). 

Súmemos a quienes no fueron autorizados para participar en el torneo continental, como los brasileños Endrick y Vinicius Tobías (Real Madrid), los argentinos Alejandro Garnacho (Manchester United), Matías Soulé (Juventus) y Luka Romero (Lazio) y los paraguayos Julio Enciso (Brighton) y Julio Cuenca (AC Milan).

Como se ve, el archivo está muy lejos de validar la tesis de la consolidación como requisito necesario para que un jugador joven dé el salto desde Sudamérica a Europa y brille en el exterior. O al menos, es una duda que debiera considerar Darío Osorio antes de rechazar una nueva oferta del exterior.