Nadie pone en duda el carácter de Cristián Álvarez. En su momento, el eterno capitán de Universidad Católica llegó a ofrecerle combos a Marcelo Salas en Temuco, y rompió unos ventanales por su diferencia con el Matador. Pero hay otros que lo pasaron peor con el Huaso.

El ex defensor cruzado contó la increíble historia que protagonizó en el Bar Liguria en 2005, durante su época de jugador. "Cuéntanos que pasó el día que llegaste a la selección con la mano vendada", le pidió Mark González, en diálogo con Abrazo de Gol de CDF.

"Me mandé un Liguriazo", reconoció Álvarez. "Estaba comiendo con mi señora en el Liguria y me dice que la acompañe al baño. Y en esa que la acompaño, vamos bajando y había un tipo medio curado que empezó a molestarla. Me metí yo al medio y listo. No pasó nada", relató.

Pero no quedó ahí. "Fui al baño, volví y el tipo estaba en la primera mesa. Y se tira con todo a pegarme, me da un empujón de la escalera para abajo, me alcanzo a agarrar de la baranda y con el impulso, le pego un combo con la mano izquierda y me voy", recordó el Huaso.

La sorpresa para Álvarez vino después. "Me voy a la mesa, me empiezo a limpiar, veo que tengo sangre y estaba mi cuñada y me dice 'a ver, déjame limpiarte, tienes algo ahí'. Y pesca y me saca el diente del tipo. Y cae tin, tin, tin, en la mesa", dijo en medio de las risas.

"Fue un combo no más, fue seco. Y de ahí tenía que ir a entrenar a la selección, me fui a la clínica, dije que me pegué en una puerta y el doctor me dice 'esa es la lesión del boxeador'. Y yo haciéndome el tonto", aseguró el Huaso.

"Dos días después me contrata River Plate. Tuve que ir con la mano vendada y no me podía tocar. En la selección no me podía tirar al suelo, no podía chocar con nadie porque tenía una fractura en el dedo chico. Y nada, esa fue la del Liguriazo", expresó sonriente.

"El diente lo tiene enmarcado", le replicó Mark González. "Pensé que (el curado) me podía demandar, pero estaban las cámaras y él me atacó", concluyó el férreo ex defensor.