El tenis tiene historias curiosas y destacables, y una de ellas viene de la mano de Martina Hingis. La suiza de origen checoslovaco es oficialmente la figura del deporte con más Grand Slam ganados, incluso superando Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic.
Y su talento se vio desde temprana edad, ya que a los 15 años ya jugaba profesionalmente y con 16 años ganó el Abierto de Australia para convertirse en la número uno del mundo (1997). Incluso le regalaron un Porsche, pero no tenía la edad para conducir.
De ahí en más siguió ganando títulos de Grand Slam en Wimbledon y el US Open, más 13 trofeos de esa categoría en dobles y 7 en dobles mixtos, sumando un total de 25.
La demanda que cambió la carrera de Martina Hingis
Tal era el nivel de Martina Hingis, que hasta el propio Roger Federer jugó con ella y la elogió diciendo que “Martina fue en parte quien me mostró cómo se hizo todo. Siempre he sido fan de ella y siempre lo seré”.
Pese a eso, el físico no la acompañó y por una particular razón tuvo que pasar dos veces por el quirófano, a los 22 años. Se trata de las zapatillas, lo que determinó que la tenista y su entorno iniciaran un juicio con la firma italiana Sergio Tacchini, por 40 millones de dólares.
La acusación apuntaba a que Tacchini le dio zapatillas “defectuosas” e inutilizables para competir, según la propia Hingis. Pero finalmente ella terminó siendo demandanda por la marca deportiva, sumando a problemas ligamentarios que la obligaron a retirarse del tenis, en 2003.
Pero las malas noticias para la suiza no terminaron ahí. Decidió volver del retiro, aunque nada sería lo mismo en 2007, donde un dopaje positivo en cocaína en Wimbledon le implicó una sanción de dos años fuera del circuito.
“Di positivo, pero nunca tomé drogas y me siento 100 por ciento inocente”, dijo Martina Hingis, quien tras eso optó por el retiro definitivo, manchado por polémicas en una carrera que prometía ser legendaria.