Carlos Alcaraz y Jannik Sinner protagonizan una de las rivalidades más emocionantes del tenis actual. Son jóvenes, talentosos y lo ganan todo.
Pero si alguien pensaba que fuera de la cancha había cercanía o complicidad, está equivocado. El mismo español fue categórico al decir que eso no va a pasar.
Y no porque haya roces personales, sino porque, simplemente, el fuego competitivo lo impide.

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“No somos muy amigos”
En una entrevista el año pasado, Alcaraz fue claro al hablar del vínculo con Sinner. “No somos muy amigos. Al final también somos rivales y no puedo ser amigo de una persona que quiero vencer”, confesó.
“Cuando estamos de gira, viajando, en los torneos, in situ, estamos con nuestros equipos y cada uno por su lado, así que no hablamos demasiado”, explicó Alcaraz.
Aunque han compartido fuera del tenis, el murciano explicó que no pasan de ser conversaciones esporádicas.

Jannik Sinner y Carlos Alcaraz tras la victoria del español en Roland Garros (Getty Images).
“Tenemos una buena relación, pero no somos amigos íntimos. Creo que el respeto que nos tenemos nos coloca en una posición en la que tenemos una relación realmente buena”, soltó.
Y eso quedó aún más claro durante los meses en que Sinner estuvo suspendido por un caso de dopaje: Alcaraz no le envió ningún mensaje.
“Recibí mensajes de jugadores que no esperaba y no recibí nada de otros de los que podía esperar algo”, dijo Sinner tras volver de su suspensión.

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Como en los viejos tiempos
La postura del español recuerda a lo que alguna vez confesó Novak Djokovic sobre Rafael Nadal y Roger Federer: respeto, sí; amistad, no.
Y en esa línea, Alcaraz cerró diciendo que admira lo que Sinner ha logrado tras su suspensión, pero que la rivalidad está por encima de todo.
“Me alegré mucho de verle de vuelta en el circuito. Es normal que se sienta decepcionado. Pero es lo que hay”, comentó.