Chile registró en el mes de marzo una inflación de 1,9%, la mayor en casi 30 años, acumulando un incremento de un 9,4% en doce meses. Y hace solo unos días, se frenó un intento de nuevo retiro de fondos de pensiones que, si se concretaba, hubiese sudibo aún más los precios.
Pero en un escenario económico que estamos viviendo, es importante contextualizar y comentar lo que ha ocurrido en la economía chilena, en especial desde diciembvre de 2019 a diciembre de 2021. De la mano de Fincratic te iremos contando lo que ocurre, actualmente, en el país.
Entre IFE Laboral, bonos y anteriores retiros de las AFP, el circulante (o dinero como definición restringida) ha aumentado en un 82%. En un año casi se ha duplicado la cantidad de dinero circulante en la economía chilena. Esto, como en cualquier familia, se puede ahorrar o gastar, pero en el caso chileno la mayoría de estos fondos se ha destinado a gasto (consumo, como se suele decir en economía).
¿Qué significa esto? Hay una presión de demanda agregada por un “exceso” de consumo, que se ha traducido en cifras de inflación no vistas, por ejemplo, en los últimos 15 años.
En tiempos “normales”, esta inflación interna por exceso de demanda se puede suplir comprando vienes fuera de Chile, es decir importando bienes desde el exterior, a menor precio y, de esta forma, mitigar la presión inflacionaria doméstica.
Pero el contexto actual no es favorable, principalmente por la falta de stock de productos en el mundo, el cual aún no se puede recuperar por efecto de la pandemia.
Es decir, hay una mezcla nefasta para la economía: Un exceso de demanda interna por consumo, por única vez atingente a retiros desde las AFP y bonos, junto a un escenario internacional donde estos mayores costos internos no se pueden “resolver” con importaciones, como hubiese ocurrido con anterioridad.
¿QUÉ NOS ESPERA PARA EL RESTO DEL 2022?
Chile está con déficit fiscal al término del 2021 que equivale a casi 8% del PIB, es decir que el Estado gasta más de lo que recibe como ingresos fiscales mediante impuestos. Esto no es menor, ya que el porcentaje de déficit es el más alto en casi 25 años.
A todos estos factores tenemos que sumar la depreciación del peso chileno, que en el 2021 llegó a un 14% y que, si se hubiese aprobado un Quinto Retiro de fondos de pensiones, pudo hacer que la masa monetaria aumentara en 3.000 a 4.000 millones de dólares, con cifras de inflación de un 15% o más.
El esfuerzo por controlar la inflación, meta del Banco Central de Chile, es difícil lograrla solo por esta entidad si las políticas fiscales sin control, y mal pensadas, continúan, donde los que más pagan serán las personas sin ingresos, los que cada día pueden comprar menos bienes y servicios.