En las últimas semanas reflotó el caso de Madeleine McCann en la luz pública, luego que una joven polaca de 21 años asegurara tener pruebas que podría ser la niña desaparecida en 2007. Pese a que la policía polaca descartó que la joven se fuese la pequeña perdida, en las últimas horas surgieron testimonios que aseguran haberla visto en España el 2008, a un año de su desaparición.

La niña que en ese entonces tenía solo tres años, desapareció el 3 de mayo del 2007 desde un centro turístico de Praia da Luz, región de Algarve, Portugal; mientras su familia se encontraba de vacaciones en el sitio. Desde aquel entonces, se han levantado diversas teorías de su desaparición, pero nunca hubo mayores avances en la investigación.

Aseguran haberla visto en España en 2008

Una de las hipótesis apunta a un secuestro desde su habitación y, tras el revuelo causado por la joven polaca, resurgieron algunos testimonios de personas que aseguran haber avistado a la menor. En ese escenario, hay dos testigos que supuestamente vieron a la niña en una playa de Cala d’Or, en Mallorca, España, en 2008.

El primer relato es de una pareja británica que se encontraba de vacaciones en Mallorca. La pareja dio aviso a la policía, sin embargo, nunca se pudo dar con las mujeres con las que supuestamente andaba la niña desaparecida. De acuerdo al relato, indicaban que la niña tenía características idénticas a McCann, estaba pálida, era muy rubia y usaba gafas de sol, por lo cual no pudieron ver si tenía la característica mancha en el ojo.

A dicho relato se agrega una reciente publicación en el diario local Majorca Daily Bulletin, donde recibieron un correo de otra familia británica, en el cual cuentan que una mujer de 80 años vio a la niña en la misma playa el mismo año.

“Visitamos a la familia en 2008 porque cumplí 50 años allí. Esta fue la última visita de mi madre a Cala d’Or, ya que tenía casi 80 años. Una de las cosas que más me llamó la atención fue que nos dijo que había visto a Madeleine en la playa de Cala Gran, en dos ocasiones durante nuestra estancia, sentada en un cochecito con lo que parecía ser una peluca”, señalaron en el correo.