Los encuentros con Brasil suelen ser una pesadilla para Chile. Aunque La Roja haga todo bien y los astros parezcan alineados, siempre hay algo que nos arrebata un buen resultado.
El ejemplo más archiconocido es el del palo de Mauricio Pinilla. Es decir, justo en los minutos finales, cuando Chile atacaba a Brasil en el tiempo extra de los octavos de final del Mundial 2014, un travesaño terminó salvando a los locales. Parece que con el Scratch esas pelotas nunca entran.
Para ser justo, eso sí, hay que tener en cuenta que lo habitual es un triunfo holgado de la Selección Brasileña sobre La Roja. Sobre todo, cuando Chile oficia como visita. Pero, de las pocas “casi glorias” del equipo nacional, una tuvo, nuevamente, de protagonista a un travesaño.

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La Selección Chilena llegaba a la Copa América de 2021 con la idea de volver a obtener el título conseguido por doble en 2015 y 2016. Claro que, jugando en Brasil y con un combinado que no había conseguido la clasificación a Rusia 2018.
Llegando ya clasificado al último partido ante Paraguay, Chile descansó jugadores. Se avecinaba Brasil y Martín Lasarte quería mandar lo mejor a la cancha en los cuartos de final.
¿Palo de Pinilla? No, palo de Brereton
Sin público en las gradas y con un Brasil superior, la Selección Chilena aguantó los primeros 45 minutos de juego. De hecho, una jugada personal de Eduardo Vargas pudo terminar en gol, pero el portero Alisson la mandó al córner.
No obstante, al inicio de la segunda fracción vino el gol. Un error defensivo lo propició. Sebastián Vegas no consiguió despejar un balón que rondaba en el área y se la dejó servida a Lucas Paquetá, que anotó a los 46′. Parecía que se venía de nuevo una bolsa de goles, pero un hecho lo impidió y dio vuelta la tortilla.
Dos minutos después del tanto de Paquetá, Gabriel Jesús no miró y entró con una plancha sobre el pecho de Eugenio Mena, en una pelota disputada. Lo que intentaba era controlar el balón y no vio al chileno, pero la entrada era demasiado fuerte como para obviarla. Brasil se quedó con uno menos a los 48′.

La falta de Gabriel Jesús sobre Eugenio Mena | Photosport
Allí empezó el embate chileno. Y bien pudo terminar en un empate. De hecho, una igualdad pudo haber sido fatal para los locales, considerando que era una llave de eliminación directa y contaban con un jugador menos. Pero, un travesaño dijo lo contrario.
Sucedió en el minuto 69′. Vidal, Pulgar y Mena triangularon. Este último mandó un centro desde la izquierda, no tan elevado. Ben Brereton, que pisaba el área, realizó un cabezazo tremendo, con gesto técnico y todo. Pero, claro, el palo salvó a Alisson, que se estiró sin opciones. Hubiera sido lindo.
Es imposible vivir de los “qué hubiera pasado si…”, pero lo cierto es que en ese torneo, la Selección de Brasil llegó a la final con Argentina, perdiéndola. Chile había conseguido un empate en la fase de grupos con los trasandinos. ¿Habría sido posible una tercera Copa América? Un travesaño dijo lo contrario.

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