La leyenda cuenta que Marcelo Salas anotó dos goles en el triunfo de Chile sobre Inglaterra en el estadio de Wembley de Londres, el 11 de febrero de 1998, y presentó sus credenciales como uno de los más grandes goleadores de la historia del fútbol chileno.
Los ecos de su actuación dieron rápidamente la vuelta al mundo, impactando las regiones más distantes y exóticas. En la localidad de Nampula, Mozambique, en el sudeste de África, llegaría uno de los homenajes más inesperados para el Matador.
Es que un padre orgulloso no encontró nada mejor que bautizar a su hijo con el apellido del temuquense. “Salas Dourado Malico”, le dijo al oficial civil, para ungir al pequeño con el brillo que desplegaba el zurdo de la selección chilena.
Han pasado 23 años y Salas es futbolista profesional. Y delantero. Y seleccionado de Mozambique. Y reciente campeón del triangular Cosafa Cup, tras imponerse a las selecciones de Lesotho y Eswatini.
Su padre murió y la historia quedó oculta en el pasado. Pero en diálogo con Redgol, recuerda el origen. “Mi papá me dio ese nombre por el jugador chileno Marcelo Salas, en el Mundial de 2002. Por esa razón soy Salas, por el delantero chileno”, comenta.
Le explicamos que la historia debe ser anterior y remontarse a su nacimiento. Ahí le calza la historia. “No sabía eso. Nací en 1998 y hasta 2002 mi nombre era otro, pero mi papá había visto a Marcelo Salas y lo cambió”, recuerda.
“Mi padre dijo: mi hijo se va a llamar Salas y va a ser jugador de fútbol. Gracias a Dios hoy realicé su sueño y el mío. Mi padre perdió la vida cuando yo tenía 8 o 9 años, pero me enseñó bastante. Donde esté, debe estar orgulloso”, explica con evidente emoción.
– ¿Y le gustaría conocer a Marcelo Salas?
“¡Claro que sí! Sería un honor. Tuvo una gran trayectoria por clubes grandes, desde River Plate hasta la Lazio y la Juventus, equipos dignos para un Matador, un Matador poderoso. ¿Si conozco otros jugadores chilenos? ¡Varios! Alexis Sánchez, Eduardo Vargas, Arturo Vidal”.
Como el Salas chileno, el Salas de Mozambique hoy juega con la 11. “A veces juego con la 8, la 9 o la 10 también”, reconoce. Y quiere escribir su propia historia. “Llegar a Europa para contarle mi historia al mundo… y ganar el Balón de Oro”, sueña.
“Aquí el campeonato es muy complicado. Este es mi tercer año jugando el torneo y este año recién está empezando, porque tuvo mucho receso”, explica.
– Salas Malico anotó el tercer gol de Mozambique ante Lesotho
Pero todo se perdona cuando se pone la camiseta de la selección de Mozambique. “Es un orgullo inmenso y una gran responsabilidad representar a mi país. Es un amor que no tiene explicación”, completa el delantero delClube Ferroviário de Nampula.
Es la huella mundial que dejó el Matador y que se siente en todo el mundo hasta nuestros días. Marcelo Salas, uno de los futbolistas más grandes de la historia del fútbol chileno y motivo de admiración en los cinco continentes.