La selección chilena sub 17 tuvo la primera gran oportunidad del compromiso en el que debutan en la Copa del Mundo de la categoría con un balón que estrelló en el palo cuando apenas se disputaban 10 minutos.
Los dirigidos por Christian Leiva asustaron a los galos con el remate de Alexander Aravena, quien había soltado un muy buen zapatazo que por unos centímetros no terminó en el fondo de la red.
La oportunidad se gestó gracias a la buena presión de La Roja y fue Alexander Oroz quien robó la pelota en la mitad del campo con la defensa de Francia bastante adelantada y allí se la cedió a su compañero.
Aravena, en el mano a mano, disparó con fuerza y con buena colocación pero la suerte no le sonrió pero fue una gran aproximación para la selección chilena.