Cada vez que se acerca la Copa Davis, especialmente las Finales del torneo, ese extraño formato en donde se juega actualmente el Grupo Mundial y que nadie entiende muy bien de qué se trata, aparecen los nostálgicos hablando de lo linda que eran las series coperas de antaño.
Y la verdad es que sí. Pese a que el antiguo formato del torneo estaba muy cuestionado, especialmente por los europeos, debido a los desgastes excesivos que implicaba jugar cinco sets y además los traslados a países remotos, como Chile de vez en cuando, generaba que cada vez menos los tenistas top la jugasen.
Pero la verdad es que a casi nadie le gustó lo que hizo la empresa Kosmos, propiedad de Gerard Piqué, cuando modificó el formato. Poner el torneo en sedes únicas le quitaba el valor histórico de la competición: la emoción de jugar de local o visitante y el ambiente copero tan tradicional que existía.
Por eso, tras la salida del grupo Kosmos de la organización del torneo, resulta insólito que su propietario principal, el ex defensor del Barcelona, haya decidido demandar a la ITF por 50 millones de dólares producto de compensaciones económicas tras la finalización del contrato.
En conversación con Marca, Piqué reveló la noticia y sentenció “lo que hicimos es una historia de éxito rotunda. Llegamos con una competición que era decadente. A nivel deportivo, económico y, sobre todo, de audiencias, le dimos la vuelta al torneo”.
Además, con respecto a las críticas que recibió el formato, Piqué se defendió diciendo que “fue un proceso de aprendizaje. Queríamos hacer las cosas de una manera y por mucho tiempo y dinero que inviertas estás maniatado. Queríamos hacer muchas cosas, pero no podíamos porque la competición no era nuestra”.
“Cada pequeño cambio que hacíamos era criticado y mal visto, porque el tenis es un deporte muy tradicional. Luego veías la Laver Cup, que es lo más moderno que ha habido en el tenis en estos últimos años, y ves que los cambios funcionan. Un torneo corto, de tres días, con impacto y que gusta”, agregó.
“Esto lo queríamos replicar en la Copa Davis y no podíamos. Con cualquier pequeño cambio que hacíamos siempre salía uno de los más tradicionales que se llevaba el titular aunque fuera un don nadie y 100 estuvieran a favor”, lanzó.
Además, dilapidó el futuro del tenis señalando que “existe el riesgo de que si no se moderniza le cueste en un futuro. Tiene una media de fans de más de 40 años y es difícil engancharse a partidos que no sabes cuándo acaban. En los ‘Grand Slam’ pueden durar seis horas. Es muy épico, pero no es fácil para los jóvenes que siguen el deporte”.