Tom Brady consiguió su séptimo anillo de Súper Tazón el pasado domingo, luego de que su equipo, los Tampa Bay Buccaneers, aplastaran por 31-9 a los Kansas City Chiefs en el Raymond James Stadium.

El Mariscal de campo más afamado de todos los tiempos fue galardonado como el MVP (Most Valuable Player) por quinta vez en un Super Bowl, todo un récord para la historia de la NFL.

Como era de esperarse las celebraciones en Tampa tendrían que adaptarse a los tiempos de distanciamiento social debido a la pandemia, pero Brady se encargó de hacer que los festejos fueran hilarantes y memorables.

El quarterback, evidentemente pasado de copas, se montó en su yate de dos millones de dólares con el prestigioso trofeo Vince Lombardi, y tras mirarlo algunos segundos, no encontró nada mejor que lanzarlo hasta otro yate que flotaba cerca, donde estaba Rob Gronkowski, amigo del GOAT y tight end de los Bucaneros.

Afortunadamente el compañero de Brady atrapó el galardón con seguridad y firmeza, sacando risas entre los presentes tras algunos segundos de preocupación por la acción del marical de campo, que fue considerada "imprudente" por muchos.

Tras bajarse de la embarcación, la figura de los Tampa Bay Buccaneers tuvo que ser retirado del lugar con ayuda de un guardia de seguridad, tabalándose y riendo en un evidente estado de embriaguez.

De todas maneras Brady no se complicó, y una vez que su video diera la vuelta al mundo, el quarterback usó sus redes sociales para bromear con lo ocurrido, escribiendo: "nada que mirar aquí... sólo un poquito de tequila".

El festejo del jugador de 43 años no pasó a mayores, y pese al enojo de algunos líderes de opinión, la mayoría consideró la celebración como algo merecido y nada más que una hilarante anécdota.