Fernando Díaz sigue recuperándose después del grave cuadro de neumonía que lo internó de urgencia y después lo obligó a someterse a un drenaje en un pulmón. Ya de alta, y a varios días del momento que asustó a su familia y a Coquimbo Unido, el técnico habló de su estado de salud.
El entrenador aclaró que, por ahora, no puede retomar sus funciones en la banca pirata. “Pensé en volver, abrigado, pero el reto que me pegaron no dejó ninguna posibilidad de ir a los partidos. Me amarraron a la cama. Pensé ir a Paraguay por tierra también, pero los doctores me dijeron que era imposible”, dijo a La Tercera.
Díaz no pudo acompañar a Coquimbo en su visita a Sportivo Luqueño, que terminó en un empate sin goles en la Copa Sudamericana. No puede subirse a un avión todavía. De todas formas, sigue atento todo lo que tiene que ver con el Pirata y se comunica constantemente con su asistente técnico.
“Nunca perdí contacto con Esteban González. Siempre intercambiamos opiniones. Hablábamos de fútbol, del plan de juego para los partidos y siguió todo lo que hacemos normalmente. Lo mismo el PF, los médicos. La diferencia es que no estoy en la cancha. Esteban me informa de lo que pasa”, contó.
Lo que más agradece es el apoyo de Coquimbo y su gente. “El club se ha portado excelente. El hospital San Pablo, lo mismo. La gente, una maravilla. Llegaron hinchas al hospital. Un señor estuvo parado tres horas afuera con un cartel de apoyo. El gesto de los jugadores, el del lienzo de apoyo, fue maravilloso”, agradeció.
“Dentro de lo malo, fue lo mejor. Vi mensajes que no he contestado, porque no he alcanzado. De gente del fútbol, amigos, periodistas. Sobre todo cuando se empezaron a dar cuenta de que era más que una neumonía. Desde el extranjero, lo mismo. Esa fuerza me ayudó mucho. La gente de Coquimbo ha sido espectacular. Hubo cadenas de oración. Solo puedo estar agradecido”, apuntó.
Fernando Díaz: “Si estaba en otro lado, me moría”
Desde que logró superar el momento más crítico de la enfermedad, Fernando Díaz ha destacado al doctor Rodrigo Araya, médico del club y quien también se desempeña en el Hospital San Pablo. Él lo trasladó rápidamente al centro hospitalario cuando vio su mal estado de salud.
“Me estaba cambiando de ropa y no me podía mover. Me desesperé. Alcancé a llamar al doctor Araya. Me tomó los signos vitales y me dijo ‘al hospital, al tiro’. Llegamos en cinco minutos. El doctor llamó a urgencia. Me esperaron con silla de ruedas. Si estaba en otro lado, chao, me moría”, contó.
Después de estar tres días en la UTI, pasó a una sala normal y al quinto día fue dado de alta. Pero, en un control, se encontró líquido en su pulmón. “Me hacen un procedimiento, dos incisiones. Usan cámaras y limpian el pulmón. Me dejaron en el hospital, con drenaje, antibiótico a la vena. Ayer (jueves 9) me sacaron el segundo y me mandaron para la casa. Ahora tengo dos días de recuperación. El miércoles empiezo con trabajo kinésico. Y 12 días más de antibióticos”, relató.
Entre todo eso, nunca dejó de pensar en Coquimbo. “Al segundo día ya estaba viendo fútbol. Era mi entretención. Con los jugadores, mucho WhatsApp. Primero fue por los mensajes de cariño, de preocupación. Luego eran sugerencias antes de los partidos. El técnico Fernando Díaz nunca dejó de funcionar”, cerró.
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