El gol de Ángel di María produjo una revolución interna en [[Jorge Sampaoli]]. El técnico de la selección argentina empuñó las manos descargó la preocupación y rabia acumulados en el empate parcial entre la Albiceleste y Francia, por los octavos de final del Mundial de Rusia.
Llamó la atención que Sampaoli no recibiera alguna muestra de afecto de los otros integrantes de la banca trasandina, pero al menos tuvo un breve encuentro con Julio Bascuñán, un viejo conocido suyo del fútbol chileno que hoy actúa como cuarto árbitro en Kazán.
El juez le llamó la atención al casildense por la celebración, Sampaoli le gritó a la distancia. Luego Bascuñán lo reprendió verbalmente y al final terminaron de amigos con un abrazo.
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