La presencia de Charles Aránguiz en la gira de la selección chilena por Asia tiene varias observaciones. Reinaldo Rueda quiso contar con el Príncipe pese a que una rebelde lesión lo marginó de toda la pretemporada en Bayer Leverkusen. Su valor como veterano de las dos Copas América era más importante.
Y así lo ha demostrado el volante formado en Cobreloa, quien en la configuración más joven de la Roja carga con un estatus más elevado. No solo por su papel en la cancha, sino que también por un perfil silencioso, en el que no hay cabida para el dobles discursos.
“Es duro no estar en el Mundial cuando tuvimos tantas chances. Perdimos la clasificación con Paraguay en Santiago. No le tomamos el peso a ese partido que era clave”, dijo el Príncipe, con la primera autocrítica en serio después del fracaso de la Roja en 2017.
Así fue ganando jineta. En la selección su grupo de afinidad ha ido creciendo con el tiempo y hoy la Banda de Charles es dominante, frente a la desaparecida Banda Pitillo del proceso anterior.
Del grupo duro del camarín anterior, solo están citados Gary Medel y Arturo Vidal. Gonzalo Jara, Jean Beausejour, Jorge Valdiva y Mauricio Pinilla no han reaparecido en la Roja y Claudio Bravo deberá esperar más todavía para volver, tras su lesión.
En Corea del Sur la Roja se pudo dar el tiempo de pasear por las calles de Suwon, y fue el grupo del Príncipe el que llevó la avanzada: Mauricio Isla, Miiko Albornoz y Erick Pulgar, junto a los utileros Wilson Vásquez y Waldo Galaz. Hasta Gary le dedicó una foto: “Con el gran Príncipe Charles”.
El puentealtino también mantiene cercanía con Ángelo Henríquez y muchos de los ausentes, encabezados por Alexis Sánchez, Eduardo Vargas, Eugenio Mena y Marcelo Díaz. Otra señal de su ascendente en el nuevo grupo que se forma.
La selección tendrá este lunes su última práctica de cara al encuentro programado para el martes en la mañana en el estadio mundialista de Suwon.
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