Este domingo Peñarol se quedó con el clásico de Uruguay al vencer como local por 1-0 a Nacional en el Estadio Campeón del Siglo de Montevideo por la cuarta fecha del torneo local.
El volante charrúa Pablo Ceppelini fue el autor del único gol del partido a los 31 minutos de juego mediante lanzamiento penal. Pero no pudo celebrar demasiado, pues ocho minutos después se fue expulsado.
Otro que debió recibir tarjeta roja fue el ex defensa de Universidad de Chile, Ramón Arias, quien le pegó un feroz codazo Juan Ignacio Ramírez, lo que no fue advertido por el árbitro.
De todas formas, Cachila fue elogiado por su actuación en el clásico, donde logró dejar su arco en cero, pese a que su equipo jugó gran parte del partido con un hombre menos.
“Lenta y silenciosamente, Ramón Arias ya se transformó en líder, referente y símbolo del Peñarol 2022”, dice El Observador de Uruguay en una columna.
“A nadie le puede extrañar que de tres clásicos que Peñarol lleva jugados en el año, con Arias de titular, el aurinegro no haya recibido ningún gol”, añade.
Ramón Arias fue figura en el clásico frente a Nacional (Twitter)
Por su parte, Mauricio Larriera, entrenador de Peñarol, se refirió a su desempeño tras la victoria ante Nacional: “Hace más de un año que estoy atrás de él. Lo dirigí en Defensor Sporting, son jugadores que se ponen la camiseta de Peñarol y son garantía”.
“Cachila es un león. Hay cosas que no me generan dudas y Cachila es una de ellas”, afirmó el estratega.
No había podido observar aún esta toma. A mí entender debió sancionarse penal de Ramón Arias sobre Colo Ramírez, la misma sensación que me dejó en tiempo real en el Estadio Campeón del Siglo.
La respuesta de Cachila Arias:
Tras conocer las reacciones de los aficionados al codazo que dio en el clásico de Uruguay, Ramón Arias publicó un mensaje en Twitter, en el que asegura que no golpeó a Juan Ignacio Ramírez.
“Vean la jugada y se van a dar cuenta como le quito la posición cuando él carga y yo hago el movimiento del brazo porque desestabiliza la vertical mía”, explica.
“Ya cayendo se ve al delantero que con sus manos se impulsa en mi espalda”, sentencia.
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